Brooding.- Nomin

Abrirse.

Mañana comenzaría a trabajar, así que sí o sí debía explicarle todo a Jisung el día de hoy, y no estaba listo, pero sabía que tenía que hacerlo.

Estaba sentado en el sofá de la sala, esperando a que llegara de la escuela, solo esperaba que viniera solo. No tenía problema de contarlo frente a Chenle pero sí sería un poco más vergonzoso.

Jeno me había dado ánimos por un mensaje en audio, por lo que sé, estaba ocupado así que no podía decirme más, pero eso había sido más que suficiente.

Mis manos sudaban, mi pierna no dejaba de moverse y las horribles ganas de querer morderme las uñas no se iban, pero trataba de no hacerlo ya que llevaba algunos meses tratando de dejar ese mal hábito, lo malo es que para evitarlo, enterraba mis uñas en mis palmas.
Por suerte, antes de que hiciera mis manos sangrar, la puerta abriéndose se escuchó y pronto Jisung apareció en mi campo de visión, mirándome también de inmediato.
Me miró con curiosidad.

-Ven -pedí después de unos largos segundos de silencio.

-¿Pasó algo? -se sentó a mi lado, girando su cuerpo un poco para mirarme.

-Lo que pasa es que... Aún tengo muchas cosas que debo contarte, importantes -aclaré.

-Oh, está bien. Te escucho.

-La verdad ni siquiera sé por dónde empezar...

-Si me permites sugerirte por dónde comenzar, me gustaría saber primero que nada por qué tenías marcas de forcejeo, desde que las vi, mi cabeza ha estado creando muchos posibles escenarios -admitió, casi podía notar preocupación en su voz, pero creo que intentaba disimularlo.

-Vaya inicio -dije con gracia fingida.- Es una larga historia Sung, de verdad -suspiré.- Todo comenzó desde la muerte de mis padres. Tenía un año menos de tu edad actual si lo recuerdas.

-Sí, recuerdo el funeral de mis abuelos -confirmó.

-Bueno, tal vez tu padre nunca te contó, pero desde entonces tuve que comenzar a trabajar. Él me ofreció vivir con ustedes, pero yo no quise, te tenía a ti, debía ahorrar y gastar más dinero en ti que en mi, fue difícil pero lo convencí de que me dejara vivir solo y trabajar por mi cuenta, claro que en un principio me ayudó económicamente, por ello tuvo una crisis económica en un tiempo, perdóname Jisung, por mi culpa no te hicieron fiesta de cumpleaños por dos años -mis ojos se aguaron, recordando todo esto me hacía sentir aún bastante culpable.- Lo que pasa es que en esos momentos logré terminar la preparatoria, pero me echaron de mis dos trabajos de medio tiempo. De verdad perdón Jisung, Dongyoung me contó cómo te enojaste y te pusiste muy triste.

-No, está bien ya pasó -se notaba que trataba de analizar y recordar todo.- Continúa.

-Okay... Bueno, por un "golpe de suerte" como me gustaba llamarlo, conseguí un buen empleo tiempo después, como secretario en una empresa, me pagaban bastante bien y pude estar más estable económicamente, pude dejar de molestar tanto a mi hermano, incluso con mi primer sueldo pude depositarle algo, claro que el muy obstinado se quejó -me reí un poco por recordar que él quería regresarmelo.- Después, el tiempo pasó relativamente bien, aunque casi no veía a tu papá porque siempre estaba trabajando, pero estaba bien, podía vivir con eso... O así fue hasta que murió. Todo se me vino encima, en mi trabajo por no tener carrera universitaria y ser muy joven me tenían estrictamente condicionado, no podía faltar o me despedirían, por eso es que solo pude atender el funeral de tus padres en la noche, quisiera haberte acompañado desde antes. Y después pasó todo lo que sabemos ya, tu custodia, tu mudanza aquí, los trámites de la escuela y así, tuve suerte de que la escuela entendiera la situación y me dejaran hacer todo eso por las tardes o incluso en fin de semana.