Después de guardar la carta en su mesita de noche y decidir que necesitaba un momento para pensar antes de actuar como un loco e ir a ver a Tae, Jungkook se quedó observando el cielo. Por su mente se repetía cada palabra escrita por el hombre que todavía seguía amando.
Pensó en cómo lo había tratado. Estaba arrepentido de haberse convertido en alguien rencoroso que no podía controlar bien sus emociones por no ser capaz de lidiar con su pasado, y estaba agradecido con sus amigos y hermano por hacérselo notar. Era gracias a las conversaciones con ellos que ya era un poco más consciente de las cosas en las que tenía que mejorar, y eso le daba esperanza para un futuro en el que pudiese dejar su rencor atrás.
Una vez que logró dormirse, soñar con Tae fue inevitable, y a la mañana siguiente, por muy dulces que hubiesen sido esos sueños, sintió mucha ansiedad. Era tanta que incluso se había despertado más temprano que de costumbre sin poder volver a dormir. Había llegado un punto en que todo intento de calmarse fue imposible y tuvo que levantarse para ir a correr y ver si de esa manera podía descargar algo de energía y ordenar sus pensamientos. Durante su corrida también pensó en llamar a Solar para ir a boxear, pero lo descartó cuando vio la hora y se dio cuenta de que era demasiado temprano para molestarla.
Se le ocurrió de pronto que podía ir a ver a Tae, pero nuevamente lo descartó cuando la realidad lo trajo de vuelta a tierra. Antes de ir a verlo debía controlar sus emociones; debía ser capaz de ir con una mente y oídos abiertos para escucharlo, pues lo que tenían que hablar no sería nada fácil. Decidió comer algo ligero mientras esperaba que fuese una hora prudente para ir a buscarlo al hotel, y antes de salir, cuando ya empezaba a sentir que la ansiedad empezaba a asomarse, respiró profundo para mantener la calma y no cometer un error del que después se arrepentiría.
Al llegar a la entrada del hotel, el nerviosismo ya estaba latente en todo su cuerpo, por lo que apretó sus manos para concentrarse en esa sensación por un minuto y luego se acercó a la recepción.
—Buenos días. —dijo a la recepcionista.
—Buenos días, señor , ¿en qué lo puedo ayudar?
—Necesito hablar con la persona de la habitación 743.
La recepcionista revisó su lista y miró a Jungkook un poco confundida.
—Me temo que no será posible, señor, ya que esa habitación está vacía.
—Disculpe, dijo... ¿vacía?
—Si, en esa habitación no se hospeda nadie.
—Eso debe ser un error, revise de nuevo. —dijo con un tono demasiado autoritario para lo amable que había sido la recepcionista.
—Ya revisé y no hay ningún error. —respondió un poco molesta.
—Entiendo, pero, ¿podría decirme si Kim Taehyung se hospeda en otra habitación?
—Señor, no podemos dar información sobre nuestros huéspedes.
—Está bien, gracias por la ayuda. —expresó molesto Jk, retirándose del hotel.
No era posible que Tae ya no estuviera. ¿Se había ido? ¿Después de mandarle esa carta? No podía aceptarlo. Se negaba rotundamente, porque si así era, él era el único responsable. Sentía que la ansiedad lo volvía a atacar, pero afortunadamente, antes de perder la cordura tratando de descifrar dónde podría estar Taehyung, su cabeza se iluminó.
Jimin, él debe saber.
Tomó su teléfono y comprobó la hora. Jimin debía estar en su trabajo, así es que sin darle más vueltas al asunto, se puso en marcha para averiguar en dónde estaba Tae. Esta vez esperaba que no fuera demasiado tarde.
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I. Hasta que las estrellas dejen de brillar
FanfictionEse día de otoño, el día en que todo terminó, olvidaron todas sus promesas, la ilusión y el amor que sentían por el otro, y la reemplazaron por rencor, dolor y... odio. Juraron no volver a encontrarse. Sin embargo, no esperaban que el destino jugar...