Acorde a la presente estación, el aire primaveral había sido protagonista de cada uno de los últimos días, excepto ese. El fuerte viento que corría ese día era, cuanto menos, sorprendente; las hojas volaban y los botones de las flores que recién nacían se habían desprendido de las ramas de los árboles para perderse en la ciudad. Si el clima de esa tarde fuera un presagio de lo que estaba por venir, entonces no se podía esperar más que infortunios, o por lo menos, fuertes remezones en sus vidas.
Yoongi y Jungkook bajaron del auto en el estacionamiento del restaurante al que su padre los había citado. Yoongi había conducido la mayoría del trayecto en silencio, prefiriendo guardar sus comentarios para sí mismo sobre las leves sospechas que tenía respecto de lo que trataría aquella cena; y Jungkook también había estado callado, pensando en nada más que la noche anterior. Lo que había pasado le había permitido reflexionar mucho.
Por la mañana había despertado con una sensación de bienestar que lo llenaba por completo, y eso lo hacía estar seguro de lo que estaba compartiendo con Taehyung y de los sentimientos de ambos. Se sentía incluso lo suficientemente fuerte para hablar con su padre, razón por la cual le había enviado un mensaje a su hermano informando que sí iría a la cena. Puede que no fuera capaz de perdonarlo aún, considerando que su relación padre-hijo estaba casi irremediablemente rota, pero quizás, si su padre realmente estaba listo para pedir perdón... Solo quizás, había esperanza. Esperaba no arrepentirse.
—Jungkook. —dijo Yoongi deteniendo sus pasos en la entrada, pero sin dejar de mirar hacia el frente.
—¿Qué?
—Sea lo que sea que pase ahí dentro, tratemos de llevarlo con calma. No quiero más problemas.
—Vine a la cena, no me pidas más.
Yoongi suspiró pesadamente.
—Está bien, hyung, no haré problemas a propósito, pero no puedo prometer que me vaya a tomar todo con calma si dice o hace algo desagradable. —Jungkook volvió a hablar y luego avanzó a paso rápido en dirección a la sala privada que su padre había reservado.
Se detuvo de golpe.
—¿Qué pasa? —preguntó Yoongi que iba tras él y casi choca contra su espalda.
Jungkook estaba pasmado. Taehyung estaba parado mirando fijamente la puerta de la misma sala a la que él se dirigía.
¿Qué hace aquí?
—Taehyung. —escuchó decir a su hermano mayor, el cual pasó por su lado y caminó hasta su novio—. No sabía que estarías acá.
Taehyung reaccionó a la voz y miró en su dirección, quedando desconcertado con su presencia. Al verlo tan desconcertado como él, Jk, se acercó hasta quedar a menos de un metro de distancia.
—Hey... ¿Está todo bien? ¿Qué haces aquí? —Tomó su mano.
—Sí... sí. Tengo una cena aquí con mi madre. —Jungkook frunció el ceño ante la respuesta. Tenía un mal presentimiento que se materializó en el momento en que su hermano abrió la puerta y reveló la presencia de Jeon Namjoon y Song Hye Kyo sentados lado a lado dentro de la sala.
Jungkook miró a su novio antes de sostener su mano firmemente y entrar con él. Estaba desconcertado y molesto, pero trataría de calmarse hasta saber con seguridad qué estaba pasando.
Los ojos de Hye Kyo se dirigieron como un imán a las manos unidas de Jungkook y su hijo, y le dirigió una mirada de reproche a este último.
Espero que no sea lo que pienso, decía su mirada.
Los nervios invadieron a Tae, que ante la mirada invasiva de su madre solo frunció el ceño, incapaz de articular palabra. Cuando su cuerpo reaccionó apretó más la mano de Jungkook, y ambos avanzaron para tomar asiento. Tae quedó frente a su madre, y Jungkook justo en medio de su novio y su hermano.
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I. Hasta que las estrellas dejen de brillar
FanficEse día de otoño, el día en que todo terminó, olvidaron todas sus promesas, la ilusión y el amor que sentían por el otro, y la reemplazaron por rencor, dolor y... odio. Juraron no volver a encontrarse. Sin embargo, no esperaban que el destino jugar...