SEIS

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Eran las nueve de la mañana, y el cielo insistía en permanecer engalanado con el color del plomo, lo que le iba bien a Led, pues, los días grises eran sus favoritos, y aún más cuando debía recorrer extensas distancias a pie. El dolor en su tobillo se había apaciguado, lo que le permitía caminar sin el peculiar cojeo de anoche.

Cuando llegó a la esquina de Wall Street con la Western Avenue, Olivia Landcastle lo recibió con un fuerte abrazo, aliviada de ver a su amigo sano y salvo; había trenzado su cabello azabache en dos flameantes coletas, lo que le otorgaba un aspecto dulce e inofensivo. Por otro lado, Axel Fisher le dio un apretón de mano antes del respectivo abrazo; llevaba la gorra al revés y las iniciales de su nombre se hacían notar con un color chillón en la tela del suéter verde que vestía.

El interior del Bang Bang Café contaba con un diseño sencillo pero elegante, a Led le fascinaba que la red de ductos del aire acondicionado fuera visible y formara parte de la composición. Un diseño industrial, le había explicado Axel durante su primera visita.

Olivia apartó una mesa junto a la ventana, mientras que los chicos se acercaban al mostrador para realizar el pedido. Los empleados eran rápidos y meticulosos, y en cuestión de segundos, los tres se hallaban calentando el estomagó con el humeante café en compañía de algunos bagels, los cuales eran envidiados por Olivia debido a que los suyos no quedaban tan esponjosos.

—Creo que ya es hora de que nos cuentes lo que sucedió anoche, Led —dijo Axel, dándole un sorbo a su bebida. Aquel muchacho adoraba el café con locura, y, como estudiante de arquitectura, era una de sus herramientas de trabajo para mantenerse despierto durante las noches—. Estábamos preocupados... y cuando tu madre nos dijo que estuviste en emergencias... —Dejó la frase en el aire. Axel detestaba decir en voz alta lo peor que podía imaginarse.

—Era medianoche cuando nos avisó, ¿cierto? —preguntó Olivia, y Axel se lo confirmo con un leve asentimiento.

—Vi las llamadas —La vergüenza dominaba el rostro de Led—. Estaba tan agotado que ni escuché el teléfono. Discúlpenme por haberlos preocupado.

Olivia sujetó su mano y le hizo saber que no tenía que disculparse por nada. Fue una gran situación que se escapaba de las manos de todos.

Led le dio el último sorbo a su bebida y Axel ordenó una segunda ronda de cafeína. Olivia pidió otra ración de bagels y se apresuró en decir que ella la invitaba, pues, sabía que Axel no andaba muy bien en el aspecto económico a causa de los gastos de su carrera universitaria y el tratamiento para el cáncer de su madre.

En cuanto los manjares abordaron la mesa, Led decidió relatar los sucesos de aquella noche con lujo de detalle; inició por el anuncio de la señorita Weine y la exposición de arte que tendría lugar el próximo sábado en el Seattle Center, y terminó con su estadía en emergencias junto a un oficial con cara de pocos amigos. Y, como había hecho en el hospital, omitió la aparición de Rakso y todo lo que tuviera que ver con él.

Olivia y Axel habían guardado silencio durante el relato, y ese silencio se prolongó una vez terminada la narración. Ambos oyentes estaban sin palabras; no podían creer el horror que había atravesado su amigo, mientras ellos atendían sus asuntos.

—Lo importante es que saliste con vida, amigo —Axel había recuperado el habla. Le dio un sorbo al café y volvió a fijar sus ojos castaños en Led—. Eres un imán de peligros.

El grupo soltó una carcajada, ya que el comentario estaba cargado de mucha veracidad. A Led le encantaba esa dinámica que manejaban; sin importar la gravedad del asunto, siempre conseguían hacer un chiste de ello.

La conversación se extendió a través de muchos temas: la cocina de Olivia, el proyecto académico que desarrollaba Axel y la salud de su madre, y la exposición de arte en la que participaría Led, la cual los mantenía fascinados. Axel se había ofrecido a organizarle el stand para sus pinturas, mientras que Olivia se encargaría de los entremeses a servir.

Los Siete Pecados Capitales: Príncipes Infernales (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora