XVIII

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Taiju veía a takemichi dormir, eran al rededor de las seis de la mañana, se había despertado por los sollozos del niño, estaba llorando mientras dormía definitivamente eso fue algo muy doloroso de ver, su pequeño mocoso se veía más delgado, no tenía esa color saludable que lo caracterizaba la última vez que lo vio.
No podía evitar sentirse culpable por el estado del niño, ¿estaría bien si el se hubiera quedado ese día? Pero era algo que ya no importaba, su niño ya estaba lastimado.

Lo único que podía pensar era la muerte dolorosa que le iba a dar a esos dos infelices y al padre de takemichi, porque definitivamente nadie se iba a salvar de su enojo, todos iban a sufrir por cada lagrima que takemichi derramó.

-um.. Kisaki-kun tonto - lo escucho susurrar entre sueños, una sonrisa se formó en sus labios y empezó a jugar con los cabellos de takemichi.

-voy a protegerte pequeño bebé lloron - le dice dandole pequeños besos en la frente.

Takemichi había comenzado a despertar por el ruido de un teléfono, taiju al notarlo tomó su teléfono y contestó, nisiquiera vio quien era solo se encargo de que takemichi volviera a dormir mientras el se paraba de la cama y salía a hablar por el teléfono.

-¿que carajos pasa? - pregunta, había visto que la persona que llamaba era koko.

-jefe, ¿que quiere que hagamos con estos idiotas? - le pregunta debido a que había tenido que quedarse a dormir allí con inui vigilando a esos dos seres repugnantes.

-iré yo mismo en un rato a encargarme de esas dos pestes - dice mientras prende un cigarrillo y le da una calada - dales la bienvenida a su infierno mientas llegó.

Le dice cuando estaba por darle otra calda al cigarrillo sintió dos manitos aferrarse a su pierna.

-taiju-San, es muy temprano - le dice mientras se rasca uno de sus ojitos - quiero dormir, pero si taiju-San no esta no puedo dormir.

Taiju expulsó todo el humo lejos del niño y apago el cigarrillo, para después cargar a takemichi y empezar a caminar hacia la habitación, en el camino takemichi le iba contando como soñó que hanma era un caballo y kisaki un pato y el era un cerdito, mientras que koko se lo quería comer y hanma trataba de evitarlo, debía admitir que fue lo más loco y random que le escucho decir, soltó una pequeña risa y empezó a morderle las mejillas.

Koko se sentía ofendido al escuchar como el era el brujo malo que se quería comer a takemichi, antes de seguir escuchando como hablaban de él decido colgar e informarle a inui las ordenes de taiju.

-el jefe quiere que les demos una bienvenida - le informa a inui mientras toma un bate y se acerca a él tipo que estaba intentando abusar de takemichi.

-bien, que empiece la bienvenida, esto es por todo el mal rato que le hicieron pasar a take-chan hijos de perra - les dice mientras toma aquel fierro y empieza a repartir golpes a diestra y siniestra.
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Takemichi y taiju habían vuelto a dormir, ambos habían tenido meses horribles pero ya todo había terminado, ¿verdad?.
Apenas taiju se acostó takemichi se tiro sobre él, abrazadolo y empezando a jugar con su cabello asta que se había quedado dormido, el peliazul jamás pensó que iba s necesitar ese niño asta para poder dormir tranquilo, se había acostumbrado demasiado a sus abrazos y ese olor a chocolate que siempre llevaba por el ridículo shampoo que koko le compraba, definitivamente ese niño era su nueva debilidad y lo estaba descubriendo de las peores formas.

Las horas habían pasado eran las doce de la tarde, taiju hacia el desayuno mientras takemichi se ponía su ropa después de un largo baño, al salir de la habitación siguió el olor de la comida y llegó a una cocina mucho más grande que la que había en la casa de Japón, cuando entró taiju no había notado su presencia asta que el niño tropezó tirando por accidente un vaso, taiju tuvo un pequeño deja vu, recordó el primer día que takemichi estuvo en su casa.

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