Capítulo 6

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Ren

Mi cabeza está llena de pensamientos incoherentes ahora mismo, pero lo que sí sé es que quiero irme con esta chica.

Con esta ninfa.

No quiero tener que volver al castillo, entrenarme para ayudar a los "míos" a acabar con toda la especie Ninfa.

Así que hablo.

-León, Lale, vosotros podéis volver y decir lo que queráis, que me he perdido, que he muerto, que he desertado o que me he quedado eternamente dormido en un árbol, como hemos visto que puede pasar. Pero yo no vuelvo. - Digo más seguro de lo que pensé que podía llegar a estar algún día.

-Eh, eh, eh, yo no quiero que vengas conmigo, eres un brujo. - Espeta la chica

-Y tú una ninfa enana. - Suelto.

De golpe noto como una rama baja del árbol me da en la espalda. Pero cuando miro no hay nada, los chicos están igual que yo y la chica simplemente me mira callada y enfadada.

Y veo como le brillan los ojos e intenta evitar sonreír.

León interrumpe mis pensamientos:

-Si volvemos sin tí, eso será un infierno. Me apunto.

-Bueno, la verdad es que me apetece una aventura. Total, estamos condenados estemos donde estemos - Añade Lale con todo su positivismo.

Miramos a la chica.

La chica nos mira.

- Vale. Pero no os vais a meter en mi camino y me tenéis que jurar lealtad.

-¿Jurar lealtad? Ahora eres nuestra reina? - Le dice León

- No, pero seguís siendo brujos y yo una ninfa, con lo que me habéis contado no podéis esperar que confie mucho en vuestra raza. - Y hace una mueca con la cara que hace que me tiemble la comisura de la boca.

Me pongo delante de ella y me arrodillo, ahora estamos casi a la misma altura, porque no miento cuando digo que es baja.

-Te juro mi lealtad.

Y vuelvo a ver ese brillo en esos ojos tan negros como la noche. Y me encanta haber provocado yo eso.

Lale y León hacen lo mismo, León entre quejas.

- Vale, pues tenemos que cruzar el bosque hacia el norte, lejos de la ciudad Ninfa y del pueblo Brujo. Es un camino largo, pero hay una cabaña escondida, que de momento podemos usar para refugiarnos y además, necesito tiempo para asimilar todo esto, así que la idea de una caminata me encanta ahora mismo.

Y es ahora cuando me doy cuenta de lo cansada que suena su voz y triste. Sobretodo triste. Desde que ha "despertado" solo ha estando o llorando o seria. Y haberme dado cuenta ahora me hace sentir fatal.

Ella se gira y empieza a andar y cómo ya es costumbre nuestra, le agarro del brazo antes de que caiga.

-Aun estás débil, te recuerdo que te has echado una siesta de 60 años -Le digo mirando al frente.

-Pero no podemos quedarnos aquí. Les huelo.

-¿Qué hueles a quién? -Preguntan Lale y León.

- Al peligro. Y hay unos cuantos. No están exactamente cerca, pero es mejor no arriesgar. Tenemos que irnos.

Se vuelve a girar para ponerse en marcha, yo les paso mi bolsa a los chicos y corro hasta ponerme delante de la chica.

Me agacho dandole la espalda.

-Sube- Le digo con cuidado.

Y sin más, se sube a mi espalda.

Y una corriente eléctrica me recorre de pies a cabeza.

-Bien, chicos, empezamos nuestra fuga - Digo mientras la sujeto mejor para que no se me resbale.

Noto que ella aprieta sus manos en mis hombros.

Y escucho susurrar a León:

- Ya no hay marcha atrás, pues.

Y yo sonrío mientras la chica va diciéndome por donde ir. Parece que se conoce el bosque como si fuera su casa. Aunque claro, las ninfas y ninfos se supone que son uno con la naturaleza. De hecho, ¿qué es eso de que pueda oler el peligro? Aún así, ¿Por qué los brujos patrullan el bosque? Y si lo hacen habitualmente, es posible que hayan visto a la chica alguna vez...

Está oscureciendo y seguimos nuestro camino. Yo me mantengo obedeciendo las indicaciones que ella me dice.

Y cómo era de esperar es Lale quien pregunta:

-¿Cuánto falta?

Se escucha un choque de algo y un "auch" así que imagino que León le ha dado una colleja.

- Queda bastante, podemos parar aquí a descansar. Vosotros podéis dormir, yo vigilaré. De todos modos, no tengo sueño.

-Ya me jodería que tuvieras sueño -Suelta León como si fuesen amigos de toda la vida.

Y la chica le mira en silencio.

Se gira.
Para que no le veamos la sonrisa.

Así pues, nos instalamos en medio de la nada, para descansar unas horas, aunque Lale nada más sentarse se ha dormido, León y yo seguimos vigilantes. Yo en lo principal, tanto por el peligro de que nos encuentren y nos maten, como por el hecho de que la chica huya de nosotros.

Por algún motivo, no quiero que haga eso.

Estamos los tres apoyados en un arbol cada uno, escuchado los ruidos nocturnos del bosque y los ronquidos de Lale. Cuando la chica habla.

- Me llamo Aylin.

° ° °

¡Por fin es sábado!
¿Qué tal vuestra semana? La mia una mi**da🙂
Y aunque sea sábado, yo trabajo hasta el medio día 😭
¿Os está gustando la història? Aunque no sé si más de una persona me lee😂
Aún así, gracias✨

Grace 🌿

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