Aylin
Seguimos sentados en silencio, descansando. Ya saben mi nombre y yo los suyos. Ya no somos desconocidos.
Miro arriba, al cielo y pienso en todo lo que ha pasado mientras yo estaba "dormida". La relación del pueblo Brujo con el pueblo Ninfa siempre ha sido muy tensa, pero nunca había habido ataques por ninguno de los dos lados. Además, nosotros eramos muchos, muchísimos. Mientras que los brujos, que tenían una mentalidad bastante cruel y brutal, mataban a todo aquel que no naciera con poderes. Por lo visto, desde la guerra, ya no pasa eso. Ahora los entrenan como guerreros.
Desde que tengo memoría he escuchado como los ancianos del Templo nos explicaban que mientras nosotros nacemos con los poderes aprendidos en nuestro subconsciente, los brujos necesitaban estudiarlos. Me encantaba ser ninfa, me sentía tan libre cuando salía y me escapaba hasta el árbol milenario, esperando siempre a que viniera Elías a echarme la bronca por saltarme el entrenamiento.
Cuando era un bebé fui llevada al templo, donde me criaron junto a más chicas y chicos, entre ellos; Elías. Solo íbamos los que se suponía que naciamos con un poder más potente. Yo creo que todos entrenando, pueden conseguir el nivel que el Templo imparte. Aún así, fui muy feliz ahí, hice amigos que eran como mi familia y tenía a Elías, que actuaba como un hermano mayor pero del que yo estaba locamente enamorada. Cuando pienso en eso, siento que fue hace muchísimos años, aunque para mí fue hace unas horas, antes de despertarme, que estaba con él debajo del árbol y la tormenta. En cambio, mis sentimientos si notan el paso del tiempo.
Sacudo mi cabeza y les digo:
- En marcha chicos.
Ren vuelve a acercarse a mí para llevarme a caballito. No me quejo, sigo bastante débil. Y además, su cuerpo desprende calor y es relajante.
Está empezando a aclararse el cielo. Serán aproximadamente las 5 de la mañana. Y sé que ya estamos cerca, siento la cabaña. Estoy conectada a este bosque y si alguien se acerca, lo noto a kilometros de distancia. Una muy buena habilidad.
- Es la primera vez que estoy con una ninfa. -Susurra Ren.
- Y yo con un brujo. Siempre os he tenido manía, la verdad -Intento que suene a broma, pero es que es cierto.
Aún así, él se ríe.Y su risa hace que se me apriete el estómago.
- Te vamos a ayudar. Te lo debemos, por lo que los nuestros le han hecho a los tuyos. - Vuelve a susurrar.
Y yo le aprieto los hombros, porque no sé que decir y me siento rara, porque habla de la guerra como si yo lo supiera todo y el caso es que yo estaba aparte mientras los demás sufrían.
Un rato después ya estamos enfrente.
- Vale chicos, ya estamos.
- ¿Ya? Pero si solo hay bosque y una cueva cerrada. - Dice Lale.
- Es que en esa cueva está la cabaña, de ahí que sea tan segura. Dentro no se nos detecta por el olor ni el ruido.
- ¿Es ahora cuando vas a hacer algo con tus poderes parar abrir la puerta mágica? - Dice contento León
-¿Parezco una atracción turística? - le miro levantando la ceja, le indico a Ren que me deje bajar y nada más bajar me agacho y acerco la mano al suelo. La puerta de abre.
- Pues vaya... - Susurra León.
Instintivamente miro a Ren, que me mira curioso y con cierta aprobación.
Entramos los cuatro a la cueva, caminamos un poco por sus anchos y frios pasillos, con diversas antorchas siempre encendidas y repartidas por las altas paredes de roca, hasta que llegamos a un espacio bastante grande en medio de la cueva/montaña y ahí está la pequeña cabaña. Recubierta de musgo y hierbajos. Preciosamente vieja. Pero preciosa.- No es muy grande, ni cuenta con todas las comodidades, pero podemos dormir sin pasar frío y tenemos lavabo. Aunque vosotros que sois soldados supongo que estáis acostumbrados a la vida dura.
- Pues la verdad es que sí y contamos con nuestra juventud, cosa que tú, Aylin de más de 60 años, no. - Dice León mientras sube las escaleras y entra a la cabaña.
No sé que me deja más estupefacta, si el hecho de que un brujo al que he conocido hace nada me trate con tanta confianza o que lo que ha dicho es cierto. Si lo pienso, técnicamente tengo 80 años.
Dios mio.
Lale pasa corriendo y entra también a la cabaña gritando un "con permiso" a la nada.
Ren se pone a mi lado, su hombro casi rozando con mi cabeza.
- Gracias por traernos contigo.
- Gracias a vosotros por querer ayudarme, brujo. - Le miro de soslayo levantando un poco la cabeza para verle.
Sonríe pero tiene la mirada triste. Se siente demasiado culpable y quizá lo entendería si yo hubiera vivido estos 60 años y hubiera visto las crueldades que han sucedido. Pero si pienso en eso, mi ira y rencor crece y ellos no tienen la culpa de esto.
Me tengo que centrar en encontrar a Elías y poder averiguar como devolver el poder a mi pueblo.Entramos los dos a la cabañan. Se está bien, es acogedora, y me siento un pelín más relajada aquí dentro. Y también un pelín más cerca de las lágrimas.
Me retiro a una de las tres habitaciones. Tengo muchas cosas en las que pensar.
° ° °
Ha sido un día muy intenso para nuestra Aylin y además parece que se está formando un grupo muy especial🙈
Grace🌿

ESTÁS LEYENDO
La Ninfa
FantasíaUn reino. Dos pueblos. Separados por el odio. El pueblo Ninfa y Brujo. Especies distintas. Una guerra que lleva ya 60 años llevandose vidas. Ren. Un brujo no mágico cansado de lo que su pueblo hace a los Ninfa, una tarde cualquiera decide saltarse e...