Las Descendientes Del Sol Y La Luna

Prólogo.

Las ramas crujían a sus pies pero eso no las detenían Tenían una misión por cumplir...

Los pasos corriendo se escuchaban a sus espaldas Estaban cerca.

Las dos mujeres apresuraron el paso hasta llegar a la mitad de un bosque.

-Demonios...—Murmuró una de ellas mientras trataba de recuperar el aliento—Nos hemos perdido Kira.

-Tiene que haber una salida Gabriel, tenemos que protegerlas a toda costa.—Dijo Kira para darse la vuelta mirando a Gabriel y seguido a las criaturas en sus brazos.

Gabriel cargaba a una bebé de ojos amarillos claro, piel como porcelana y cabello de un color amarillo intenso

Y como si fuera poco la bebé literalmente brillaba con intensidad

Por otro lado Kira cargaba a una bebé totalmente opuesta también tenía la piel como porcelana pero sus ojos eran de un color tan negro que muy difícilmente se podía diferenciar de sus pupilas, y su cabello era de un negro color carbón

Tenía una energía pesada

Una era vida y la otra muerte

Gabriel empezó a llorar

-¿Porque? Porque las diosas eligieron a nuestras hijas? —Se lamentaba mientras abrazaba a su hija.

Kira miró a su pequeña.

-Acéptalo Gabriel de una o otra forma ellas estaban destinadas a morir o ¿tu qué crees? - La miró con frialdad—¿Que la reina del infierno iba a aceptar que yo tuviera una hija de Hades, su marido?

Gabriel negó con la cabeza.

-Jamas iban a aceptar eso, así como tampoco iban a aceptar que tú tuvieras una hija de Zeus —Gabriel miró a su hija quien le sonreía y su brillo aumentaba —Si la oscuridad no las mata, los dioses lo harán por ser prohibidas.

Un ruido se escuchó delante de ellas poniéndolas en alerta, hasta que vieron un gran lobo blanco con ojos azules.

- Mail —Susurró Gabriel y atrás del lobo apareció un muchacho del piel blanca como un papel y ojos rojos como la sangre.

- León —Susurró está vez Kira, ambos caminaron hacia ella.

- Nuestras manadas nos mandaron a proteger a las Descendientes del Sol y la Luna - Habló León dejando ver sus colmillos y su compañero pasaba a su forma humana.

Kira miro hacia atrás al escuchar los ruidos acercarse y luego miró a las personas frente a ellas.

-Tienes que llevárselas, ahora —Dijo entregándole su hija a León- Llévenlas al mundo humano, separenlas y protéjanlas a toda costa.

Gabriel besó la cabeza de su hija y se la entregó a Mail.

Los dos miraron a las niñas y asintieron.

-Si algo malo les pasa, los vamos a matar —Kira los miró, sus ojos tornándose rojo intenso.

-Las protegeremos, lo prometemos- Habló decidido Mail y con eso Gabriel y Kira dieron la vuelta, hacía el lugar de dónde provenían los pasos.

-Rápido, Mail —Un portal fue abierto y tanto León como Mail pasaron tomando apariencia humana para no llamar la atención y sin más desaparecieron en el mundo humano.

Pasaron muchos años para que se supiera algo de las niñas.