Cuando hablan de historias mágicas lo primero que se les viene a la cabeza son lobos, vampiros, sirenas bla bla...
Pero... ¿Alguna vez escuchaste la historia de sus creadores?
En este mundo existen muchos dioses y diosas que gobiernan en el mundo hu...
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Narrador Omnisciente.
Perder a un familiar, amigo o alguien que está en tu corazón es una herida que nunca terminará de sangrar.
Pero, ¿perder a la persona que te saco de la miseria y te trajo luz? Ese, es otro tipo de dolor.
El mismo dolor que en este momento estaba experimentando el licántropo Mail.
Pasó su infancia sufriendo abusos tanto sexuales como físicos por parte de su propia manada.
Cuando lograron apagar su infancia y quitarle sus sueños, lo arrojaron a la nieve para que falleciera.
Ahi lo conoció. El segundo príncipe vampiro que gracias a la conexión de alma gemela, lo encontró a pocos minutos de morir enterrado en la nieve.
Nunca olvidaría su sonrisa, era un pequeño niño de ojos rojos que se encontraba muy feliz de conocerlo.
Las cosas no mejoraron, vivir entre sus enemigos naturales empeoró su condiciones de vida. Y aún así no cambiaria nada de eso con tal de volverlo a conocer.
León le enseño amar, fue el encargado de eliminar a la aldea de Mail cuando se enteró de lo que le habían hecho, le entregó su estatus de principe para que nadie volviera a tocarlo sin su consentimiento, y le demostró cada segundo lo valioso que era para él.
Ahora lo que tenía en frente era su cuerpo sin vida.
No cumplió con la orden que le dió Summer, esperó que se fuera para acercarse otra vez a donde ella había dejado una barrera protectora.
Con una última mirada, las personas que se habían quedado a proteger el cuerpo, se fueron para dejarlo a solas. Se arrodilló cerca de él y miró su cuerpo dentro de la barrera.
-Mentiroso—Pronunció lentamente, sin apartar la mirada—Prometiste que cuando todo acabara estaríamos bien, que estarías ahí para ver a las chicas crecer...que estarías siempre conmigo.
Se detuvo cuando el nudo de su pecho le impidió hablar.
-Aún sigo creyendo que es broma—Una risa rota brotó de sus labios retumbando en el bosque—Que vas a despertar haciendo tus clásicas bromas, y yo me molestaré por eso y tú me besarías hasta que se me pasara el enojo.
Mail apretó con fuerza el anillo de bodas, recordando el día que León le propuso casarse en el lago donde siempre se reunían.
-Tú vivías diciendo que te ibas a casar conmigo, el día que por fin me preguntaste, creí que era mentira pero al ver tus nervios supe que no era así—Una pequeña sonrisa surgió en su rostro al recordar como ese día a León se le había caído el anillo al agua, y tardó un buen rato peleando con la sirena que lo había agarrado para que se lo devolviera— Ese día jamás lo olvidaré, así como tampoco olvidaré cada momento a tu lado.
Puso su mano contra la barrera y aunque quiso romperla supo que era lo mejor, así se aseguraba que después de la guerra podría darle el funeral a lo grande como él se merecía.
