Después del carnaval, empezaba la cuaresma con el miércoles de ceniza, era el empiezo de mi martirio a mí no me gustaba para nada esas festividades, porque en primer lugar mi mamá nos hacía qué ayunaramos, el ayuno consistía en la mañana un jarro de café con un pan cuando había o si no un taco de frijoles nada más, para nosotros que comíamos tanto, la comida no la daba a las 12 del día y nos daba comida todo lo que nos pudiéramos comer pero lo malo era que a mí no me gustaba la comida de cuaresma, tortas de camarón, caldo michí de pescado, Abas, lentejas, garbanzos, etc. nada de eso me gustaba, pero teníamos que comer porque si no mi mama nos regañaba.
─Hay tantos niños que no tienen que comer y ustedes despreciando la comida.
Lo único que me gustaba era la capirotada, el arroz con leche, y el atole gordo, pero si no comíamos lo anterior no nos daban el postre así es que por eso digo que era un martirio para mí esos días.
Cuando empezaba la semana santa, todo era muy solemne empezando por la iglesia obviamente, ya no tocaban las campanas si no que llamaban a los eventos religiosos con matracas, hasta el miércoles santo se podían hacer labores de la casa pesados por ejem. Lavar, planchar, los niños ya no podíamos jugar, nos tenían todo el santo día oyendo el radio capítulos del viacrucis que vivió Jesús antes de que lo crucificaran, y si por si por alguna razón nos peleábamos que era lo más común, mi mama nos hincaba y nos ponía a rezar que crueldad.
Mi mama nos mandaba al templo a escuchar todos los eventos pues ella no podía ir porque casi siempre tenía un bebe recién nacido. Así es de que teníamos que ir y poner mucha atención de lo que se trataba porque cuando llegábamos a la casa mi mamá nos preguntaba qué era lo que habíamos escuchado y visto, que aberración. El jueves visitar los siete templos, el lavado de pies de los doce apóstoles,
El viernes las siete palabras, las tres caídas etc. etc., así es de que a mí se me hacía eterna esa semana, el sábado me encantaba porque era el sábado de gloria, e íbamos a misa de gallo o sea a las doce de la noche cuando se habría la gloria y quitaban las cortinas moradas era la resurrección de Jesús.
Salíamos de misa nos dábamos nalgadas en las y decíamos "sábado de gloria" en el día nos mojabamos con baldes de agua, y decíamos sábado de gloria no sé porque se usará eso de mojarse, pero era muy divertido. y todo volvía a la normalidad.
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Pasajes de mi infancia
Non-FictionPasajes de mi infancia. Los recuerdos de mi infancia, nací en el año 1950, en Etzatlan, un pueblito del estado de Jalisco México relatos de la vida cotidiana, las fiestas de mi pueblo, los años del colegio , los sueños y vivencias de una niña...