Pasajes de mi infancia

Parte/53/Los gitanos

Un día pasamos por el terreno donde se ponía el circo, y vimos una caravana, contentos fuimos a ver pensando que había llegado el circo otra vez, pero no era el circo eran otras personas después supimos que eran los húngaros (gitanos).

Las mujeres vestían vestidos largos y muy coloridos, traían muchos collares, pulseras, anillos y grandes aretes unas mujeres traían pañoletas en la cabeza y las más jóvenes una flor con su pelo largo la mayoría eran rubias.

Los hombres traían el pelo largo agarrado en una cola de caballo algunos traían una arracada en la oreja y tenían unos bigotes enroscados, también traían cadenas en el cuello doradas me imagino que eran de oro, y pulseras muy gruesas.

Había muchos niños jugando alrededor de una lumbrada un señor estaba tocando un violín y una muchacha bailaba con un pandero nos quedamos viendo el cuadro parecía de otra época.

Cuando llegamos a la casa mi mamá nos dijo, llegaron unos húngaros mucho cuidado con irse asomar por allá porque se roban a los niños, nos asustamos mucho y le dimos gracias a Dios de que los húngaros no nos vieran.

Al otro día salieron las mujeres por el pueblo y a lo lejos iba un hombre yo creo que las vigilaba o las cuidaba, iban de casa en casa diciendo que si les leían la mano.

Muchas personas en cuanto veían a las mujeres cerraban la puerta pues decían que robaban las casas.

Nosotros estábamos jugando en la calle, cuando llegaron a una casa la señora se llamaba Jovita (doña Jovita) la señora estaba enferma y estaba sentada en la puerta.

Llegó una gitana y sin preguntarle siquiera le tomó la mano y le dijo eres casada tienes tres hijos dos mujeres y un hombre y era cierto el muchacho tenía como 18 años, tu marido tuvo una amante y esa mujer te embrujo.

Obviamente en cuanto vimos a la gitana nos paramos para oír lo que le decía a doña Jovita, la gitana le dijo tienes mucho tiempo enferma los médicos no te pueden curar, en eso salió la hija de doña Jovita y le dijo tráeme una servilleta blanca y un huevo.

Doña Jovita y todos los que estábamos allí estábamos como hipnotizados la muchacha que tenía como 16 años trajo la servilleta y el huevo y allí en la presencia de todos la gitana envolvió el huevo en la servilleta y empezó a rezar pero en un dialecto que no le entendíamos nada.

Enseguida aplasto el huevo y desenvolvió lentamente la servilleta y apareció el huevo estaba podrido olía muy feo y estaba lleno de cabellos y unos alfileres enmohecidos.

La gitana dijo hay Dios mío y aventó la servilleta después la agarro y le dijo mira esté es el embrujo pero yo te puedo curar, dame 100 pesos y ahorita te quito el embrujo para que ya te cures.

Doña Jovita le dijo

-No tengo dinero.

 -Si, tienes tu hijo te dio y lo tienes guardado en un cajón.

-Sí, pero ese dinero es para la comida.

La gitana le dijo a la hija

-Tú quieres que tu mamá se cure

-Sí, si quiero.

-Entonces tráeme el dinero tú sabes dónde está,.

Doña Jovita le dijo a la hija

-No traigas nada, ese dinero es para la comida.

 y la gitana le dijo a la hija

-No crees que sería muy bonito que tu mamá se curara

 -No pues sí, 

-Entonces tráeme el dinero.

La hija se metió y salió con el dinero en la mano pero en ese momento llegó el hijo, y doña Jovita le dijo

-Esta húngara nos quiere robar.

-A si, vieja hija de su chin.........madre vayase mucho a la chinga...

 Y en ese momento llegó el hombre que desde lejos miraba todo lo que pasaba,

Le dijo al muchacho

-Si se va a ir pero primero le van a pagar

-No le vamos a dar nada bola de rateros nada más vienen a los pueblos a robar.

 Entonces el gitano golpeó al muchacho, pero no contaban con los vecinos no sé de dónde salió la gente con palos y piedras y los corrieron.

Lo que siempre quise saber es como le hizo la gitana para que el huevo se pudriera y como le metió los cabellos y los alfileres si nunca le quitamos la vista al huevo, los gitanos todavía duraron un tiempo en el pueblo pero nunca volvieron a pasar por nuestra cuadra jajaja.