• CAPÍTULO 19 | ESTÚPIDO CORAZÓN.

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Cuando eres adolescente, al parecer todo es sufrimiento y todo se vive más intenso, todo es amor inmediato, o todo es odio que desgarra el corazón. Hermione había estado sintiendo mucho de eso desde antes de irse a Polonia, no sabía si refrenarse o dejar que este fluyera sin problemas. 

Es que ella solía darle mil vueltas a todo, solía sobre pensar en todas las ocasiones que la sacaban de su zona de confort. Observar a Draco Malfoy dormir a su lado era una de las situaciones que le quitaban en sueño, era algo que sin duda le hacía bien, pero que no era capaz de procesar del todo, sus inseguridades brotaban y se cuestionaba si era correcto o no.

Sólo que las dudas se disipaban cuando comenzaban a besarse. 

No entiendo porqué despiertas tan temprano reclamó Draco Eres realmente irritante, Hermione.

—¿Enserio me tratas de esa manera, después de que te he dado alojamiento en mi casa?ironizó con los ojos aún cerrados.

Sin que ella se diera cuenta, se quitó la ropa interior y con cuidado le separó las piernas; ambos se observaron con deseo, Draco descendió un poco para besar su cuello, para dejar suaves mordidas en la piel entre sus senos. Hermione acomodó la sábana sobre la espalda del rubio, mientras le daba lugar entre sus piernas.

—Oh, Draco gimió cuando entró dentro de ella. Rápidamente se incorporó y mantuvo el equilibrio para quedar a horcajandas sobre él —, no sabes cómo me gusta tenerte adentro.

Existía una parte en su interior que disfrutaba demasiado de ser una mujer atrevida en la cama, una parte que Draco había despertado con todas aquellas sensaciones placenteras y lujuriosas que se desataban cada vez que sus cuerpos se rozaban ante el íntimo contacto de sus cuerpos.

Su cuerpo saltó de placer sobre su miembro, sintiendo las penetraciones cada vez más profundas; era ella quien llevaba el ritmo de esa batalla en aquella ocasión, se sentía poderosa y muy estimulada por la visión. Draco se sometía ante ella, tenía los ojos entreabiertos por el placer y las pupilas dilatadas de deseo, jadeaba de pasión y envolvía el trasero de la bruja, estrujándolo de vez en cuando con las manos, estas se aferraban a su piel como si de su último deseo se tratase. 

—No pares de moverte, Hermione.

La bruja se movió sobre su miembro, adelante y atrás, arriba y abajo; en círculos. Esto provocaba que su interior comenzara a vibrar debido a las deliciosas sensaciones que tener su pene en su interior le provocaba. Cada vez que quería, cambiaba el ritmo de la penetración, pues se encontraba en real éxtasis, quería ir cada vez más allá, quería sentir una total y absoluta agonía. 

El rubio observó embelesado y con la excitación a tope los pechos de la mujer, cómo se movían, como saltaban ante sus ojos con cada movimiento que esta realizaba sobre su cuerpo. Cerró los ojos y dejó exhalar el aliento contenido del éxtasis que su cuerpo mantenía encapsulado; él tampoco quería que ese momento se acabara, tampoco quería que ese instante dentro de ella se evaporara tan rápido. No sabía el motivo, no sabía la razón, pero sin duda alguna, jamás se cansaría de todo lo que Hermione Jean Granger causaba en su interior. 

Con el corazón prácticamente a reventar se aclaró la garganta. 

—¿Puedo terminar dentro de ti? Te lo ruego— murmuró entre jadeos, a punto de sentir su miembro descargarse en su interior, no obstante quería asegurarse de que ella estuviera sintiendo el mismo placer .

Y sí que lo hacía. 

—Sí, por favor, hazlo —demandó incrementando sus movimientos profundos. 

𝐀𝐒𝐈́ 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐒, 𝐏𝐀𝐆𝐀𝐒 [𝐃𝐫𝐚𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞 +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora