• CAPÍTULO 28 | NO ME QUEBRASTE EL CORAZÓN, ME QUEBRASTE LA VIDA.

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Hermione repitió una vez más la última conversación que tuvo con Jedrell Kroll dentro de su cabeza saturada por los pensamientos intrusivos. Cerró los ojos y pudo evocar nuevamente el diálogo entre ambos.

«...—¿Todo está bien? —preguntó el hombre luego de que la bruja saliera del cuarto de baño, recogiendo su ropa interior del suelo para volver a vestirse.

—Sí —contestó ella con la voz apagada. No estaba en el lugar, estaba ausente.

Jedrell se acercó a ella, incorporándose de la cama donde recién habían yacido entregados a la pasión.

Puedo ver en tu cara que no es así —dijo levantando su barbilla con uno de sus dedos —¿dime qué es lo que está mal?

—Soy yo, no hay nada malo en ti. Sólo soy yo siendo una estúpida.

Jedrell era un hombre inteligente, no tenía que hacer mayores cálculos para entender que ella estaba pasando un mal momento. Y que el hecho de haberse acostado con él ahora la hacía sentirse incómoda.

Ya no estaban ebrios por la lujuria y la desbordante tensión sexual ya había sido saciada. Ahora se enfrentaban a la realidad y Jedrell sabía que ella no sentía lo mismo que él.

Dime ¿hay alguien más? ¿Acaso haz traicionado a alguien en este encuentro? Puedes decirlo, no cambiará nada entre nosotros, te lo aseguro.

No es que haya traicionado a alguien como tal. Jamás tuvimos nada y el saber que me siento siendo una traidora me hace sentir pésimo. Pues no debería sentirme así, estoy segura de que él no lo hace.

El mago le tomó de las manos y acarició su rostro.

Hermione, créeme que todos los seres humanos cometen errores. Todos hemos vivido situaciones en las que somos héroes y en otras somos villanos y nadie debería quemarnos por eso.

No tienes porqué ser amable conmigo. Me siento como una zorra, no quiero utilizarte, es sólo que...

Es sólo que tuviste ganas de estar con alguien para liberar la tensión que la vida misma a veces nos da. Eso no es ningún crimen.

Sé que tienes otro tipo de sentimientos. Lo lamento, pero no puedo corresponder a ellos.

Lo sé y eso tampoco te hace una mala persona.

Jedrell, no me arrepiento de lo que acaba de pasar, sólo que no soy una buena persona o una buena mujer en este momento de mi vida. Sueno estúpida y ridícula.

El hombre la contuvo entre sus brazos, sintiendo la silueta de la bruja tensarse ante el roce.

Espero que cuando vuelvas a Londres, puedas vivir la vida que quieres, que puedas llevar a cabo todos los deseos que mantienes en tu corazón. Si no es así, sabes que puedo esperar aquí...»

Estaba en medio de su apartamento y este se sentía demasiado grande. Había llegado a un punto donde no sabía qué era correcto pues ya se había equivocado muchas veces.

Hermione odiaba cometer errores.

Últimamente su vida se había salido de un carril que durante muchos años se esmeró en construir, no sentía el sueño debajo de sus pies; era como andar sobre las olas del mar. Su cabeza era un constante torbellino de pensamientos pues su mente funcionaba con la lógica, definitivamente todos los acontecimientos que había vivido no la tenían.

Eran una sumatoria de decisiones que desconocía si habían sido correctas. Sólo que ya no podía hacer nada al respecto más que aceptarlas y vivir con ellas independientemente de las consecuencias.

𝐀𝐒𝐈́ 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐒, 𝐏𝐀𝐆𝐀𝐒 [𝐃𝐫𝐚𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞 +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora