𝐀𝐒𝐈́ 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐒, 𝐏𝐀𝐆𝐀𝐒 [𝐃𝐫𝐚𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞 +18]

• CAPÍTULO 16 | CONVERSACIONES COMPROMETEDORAS.

A Hermione le costaba la idea de acostumbrarse a que estaba manteniendo una relación con Draco Malfoy. No era una relación formal, no era un noviazgo, sin embargo solía pensar que era un acuerdo ambiguo donde habían explotado sus cuerpos para brindarle placer al otro.

No quería pensar mucho en lo que eso implicaba, sabía que no le llevaría ningún provecho a largo plazo, pero sabía que en el momento en que su interior se lo dijera, cortaría esa relación, a pesar de que realmente el sexo era genial con él.

Había jurado que no se mantendrían muy cerca durante las instancias de trabajo, pues ella sabía muy bien que no era apropiado y que su nombre podría verse afectado de una u otra manera. No obstante, allí estaba otra vez, fantaseando con sus encuentros y viendo en qué instante podrían volver a enredar sus piernas en el otro.

—Hermione.

La voz de Kingsley tuvo que hacerla despabilar en seco, colocándose en postura seria ya que tuvo que dejar volar las imágenes de Draco sobre ella y sin camisa.

—Señor ministro..., perdone estaba algo distraída.

—No te preocupes, sólo vengo para darte en persona mis felicitaciones por haber cerrado los acuerdos en Polonia—farfulló observándola con orgullo—, tú y Malfoy han hecho un muy buen trabajo en lo que al proyecto respecta y muy pronto podremos estar gozando de la inauguración del nuevo colegio mágico.

Hermione sonrió con suficiencia, puesto que sabía que había hecho un gran trabajo. Siempre era grato ser felicitada, sin embargo ella conocía muy bien lo exigente, minuciosa y perfeccionista que llegaba a ser; sabía que todo saldría como lo había pensado, por ende no había ningún detalle al azar.

—Le agradezco sus palabras, Kingsley— susurró—, honestamente este proyecto es muy importante y estoy dando lo mejor de mi para que todos nos veamos beneficiados con él—señaló.

—Supe por el grupo de seguridad que hubo un incidente en el que una persona te atacó verbalizando frases inadecuadas y xenófobas— acotó el hombre—¿Todo bien con eso o fue algo que no se manejó de la forma que debía ser?

—El grupo de aurores reaccionó a la perfección, señor. Sólo que siempre habrán magos que no quieren aceptar el estilo de vida correctos, añoran estar en las sombras y eso es perjudicial para quienes nos esmeramos en hacer bien nuestro trabajo— respondió la castaña restándole importancia—. No crea que algo así vaya a hacerme sentir mal, tuve entrenamiento desde la escuela, aunque no lo crea. 

Kingsley sonrió y se acercó al escritorio de la bruja. 

—Veo que tú y Malfoy han logrado entenderse—acotó muy a gusto—.Han logrado un buen equipo, el proyecto de las escuelas ha salido a flote y es genial tenerlos en tan buenos términos.

Hermione no pudo hacer más que morderse el labio, Kingsley no tenía idea cuáles eran los buenos términos en los que decidían estar. Si lo supiera probablemente le amonestarían y lamentaría haberse besuqueado con él.

—Sí—respondió azorada por las imágenes mentales que vinieron a su cabeza—, espero que sigamos llevándonos bien—dijo con la convicción real de que aquello fuera así. 

—Bueno, he venido para informarte que el ministro polaco se ha puesto en contacto conmigo, quiere que la inauguración de la escuela sea a fin de mes ¡el término de la construcción ha sido un éxito!

—Tan pronto...

—¡Sí! ¿No es genial?

—¡Merlín! ¡Estoy tan emocionada!

—De verdad, toda la eficiencia es por causa de ustedes—Kingsley se acercó para estrechar su mano y sonreír abiertamente. De verdad sentía un real aprecio por Hermione y le alegraba que ella fuera quien en estos momentos le representara en el extranjero—¡Sigan así!