𝐀𝐒𝐈́ 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐒, 𝐏𝐀𝐆𝐀𝐒 [𝐃𝐫𝐚𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞 +18]

• CAPÍTULO 11 | FUE SÓLO SEXO.

Una de las pocas certezas aquel día fue cuando en la mañana la luz penetró en el dormitorio de Draco consiguiendo que la habitación se inundara de los rayos del sol. Poco a poco comenzó a pasar a través de las cortinas grises que cubrían los grandes ventanales del lugar.

Hermione se removió entre las sábanas aún medio dormida, no quería abrir los ojos todavía .No sabía si porque se sentía adormilada o porque la golpearía la realidad de manera abrumadora.

Anoche había sido increíble. Más que cualquier otra ocasión que recordara con otra persona.

Y asumir que había sido con el cabrón de Draco Malfoy le hacía hiperventilar.

Suspiró y giró sobre su cuerpo quedando de espalda a él para poder darse valor y abrir los ojos. Estaba ahí haciéndose la dormida por no querer enfrentar a la persona con quien tuvo una sesión de sexo magnífico.

Tenía tres cosas claras.

Draco Malfoy yacía a su lado desnudo y moría de ganas de voltearse a verlo.

Draco Malfoy había pasado la noche con ella y prácticamente habían follado hasta que no pudieron mantener los ojos abiertos.

Draco Malfoy estaba removiendo cosas que no estaba dispuesta a ceder.

Se dedicó a observar la habitación silenciosamente y en su mente no pudo evitar pensar que aquel cuarto era exactamente como hubiera pensado que sería el del rubio. Todo el apartamento debía de ser una combinación de elegancia, presunción y poderío que era imposible no saber que él lo había decorado con sus gustos de hombre presuntuoso y rico.

Su cuerpo se tensó cuando sintió moverse a Draco a su espalda, cerró los ojos con rapidez y fingió una respiración pesada, simulando así como si estuviese dormida aún. No sabía qué era lo que él hacía, en qué se mantendrían sus pensamientos o en dónde tenía puestos sus ojos.

Ahora le hacia falta haber aprendido legeremancia cuando Harry se lo ofreció.

Se quedó muy quieta, mordiendo su labio para relajarse sin tener que recurrir a mover su pie o sus dedos, eso delataría que ya no dormía y no quería enfrentar la situación que sabía debía, apenas cruzara sus ojos con los de él.

Percibió que las sábanas se movieron y que él se dirigía al cuarto de baño que había dentro de la habitación. Sintió los pasos del mago caminar a través del piso alfombrado negro que cubría el suelo. Cerró la puerta tras él y después escuchó que el agua corría en la regadera.

Allí pudo volver a abrir los ojos con tranquilidad, a sabiendas que no podría hacerse la dormida por mucho tiempo más y debería enfrentar la presencia de Malfoy. Ahora estaba cayendo en la cuenta de que había dormido con él, un límite que no debió haberse permitido cruzar.

Su mente comenzó a malviajar y se ensimismó totalmente hasta que sintió que la regadera dejó de sonar y pronto él aparecería saliendo de la puerta del baño. Rápidamente se volvió a tumbar en la cama, sintiéndose una completa idiota por las niñerías que estaba cometiendo.

Cuando Draco salió ella se encontraba en la misma postura en que la había visto, por lo que realmente había logrado engañarlo con respecto de su estado de conciencia. El rubio se fue secando el cuerpo con una toalla blanca y la observó; toda la habitación olía a su fragancia y lejos de incomodarlo, consiguió que tuviera deseos irrefrenables de besar su piel tibia.

Nuevamente se metió en la cama y se acercó, ella respiraba con cuidado. Analizó su rostro y realmente se veía bellísima, tenía una mezcla de sudor y algo de maquillaje desvanecido, lo que encontró tremendamente sexy. Hermione Granger era hermosa por donde se le mirara y esta no era la excepción.