Draco se encontraba en su oficina, tenía un montón de papeleo pendiente que había dejado desde el viernes descansando en su escritorio; habían cosas que ocupaban su mente y los pergaminos que requerían de su firma no eran su principal preocupación.
—¿Señor Malfoy? ¿Me oye?
Pestañeó un par de veces al notar que su asistente estaba frente a él –quizás desde hace cuánto– y no estaba prestando la más mínima atención.
—Señorita Bones, disculpe. Tenía algo en mente ¿podría repetirme qué necesita?
Susan Bones había ingresado como pasante al ministerio. Antes había trabajado en galerías de arte donde se subastaban artículos mágicos, no obstante ahora había cambiado de rumbos y había ido a parar al departamento de economía bajo el cargo del rubio.
Contra todo pronóstico él había sido muy adecuado, caballero y educado con ella y estaba siendo un tutor muy responsable, amable y cordial.
—Pues necesito que me entregue el papeleo lo antes posible— sonrió —, sé que tiene mucho qué hacer, no obstante eso debiese ser lo primero que realice el día de hoy.
—Te prometo que voy a hacerlo de inmediato— mencionó con una sonrisa torcida—, cuéntame ¿hay algo más en mi agenda el día de hoy?
Susan buscó en el planner que llevaba en las manos y buscó minuciosamente para no dejar pasar ningún detalle.
—Mhm sí— dijo al fin—, reunión con departamento de cooperación internacional por proyecto escolar.
Mierda, hoy la vería.
—Gracias, Susan—espetó con la clara intención de que le dejara a solas para poder dar rienda suelta a lo que quería hacer desde el inicio del día.
Tomó los pergaminos y los fue firmando uno a uno tratando de mirar con precaución y no firmar algún documento que cediera todo el dinero de Gringotts a una persona natural. Sin embargo sus ideas se fueron a espacios muy oscuros y tórridos en donde veía a Granger sobre la mesa gimiendo su nombre.
¿Cómo había sido tan imbécil?
¿Se arrepentía?
Para nada, no obstante jamás se había puesto a pensar en las consecuencias de sus pasionales actos hasta después de meter su pene dentro de sus pantalones. Antes sólo pensó en lo agradable y placentero que había sido coger con Granger.
Su mente lo llevó hasta esa noche de forma inconsciente, todavía recordaba de manera vivida lo que había sucedido en aquel encuentro. Podía ver a Hermione con los ojos cerrados, disfrutando de tenerlo entre sus piernas, podía emanar los sonidos que salían de su boca y la manera en que lo besó, el modo en que se movía y en que lo tocó hasta llevarlo al cielo.
¡Pero qué noche había sido esa!
No recordaba cuando había sido la última vez en que había disfrutado tanto de tener sexo con alguien.
Suspiró pues hoy probablemente se encontraría con ella en la reunión. Era más que una probabilidad, era seguro de que la vería cara a cara después de varios días sin cruzarse por los pasillos. Draco jamás admitiría en voz alta que había estado más concentrado en verla por algún lugar y que había frecuentado el departamento de cooperación mágica disimuladamente a ver si la divisaba.
No obstante, la certeza del día era que tendría que tenerla frente a frente después de haber vivido aquel placentero y salvaje encuentro.
Durante un rato se dedicó a firmar papeleo pendiente, a leer algunos artículos y a estudiar del tema en comento. No podía llegar a la reunión con la mente nublada por el aroma de Hermione que aún divagaba en sus pensamientos, además tenía que causar buena impresión.
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𝐀𝐒𝐈́ 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐒, 𝐏𝐀𝐆𝐀𝐒 [𝐃𝐫𝐚𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞 +18]
أدب الهواةDraco nunca pensó que ella lo tendría a sus pies. Pero observar la manera en que lo veía a través de sus pestañas oscuras mientras estaba arrodillada ante él, bastó para que se diera cuenta que Hermione Granger era una especie de demonio personal. E...