Capítulo 8.

904 124 5
                                    

—¡¿Eres estúpida?! —el grito de Lexa resonó por toda la casa.

Clarke y Juliana, quienes se encontraban jugando a las cartas en la habitación asignada para la última, se asustaron al escuchar a la pelinegra vociferar, por lo que bajaron las escaleras rápidamente.

Y allí de pie frente a las escaleras, Lexa apuntaba a Valentina con un cuchillo mientras la rubia la observaba aburrida.

—¡Lexa, no! —Clarke corrió rápidamente hasta posarse frente a Valentina, observando a su novia aterrada—. ¡Sé que no se llevan bien, pero no lo hagas!

—¿Eh? ¿Hacer qué?

—¡¿Cómo que qué?! ¡Matarla! —chilló, observando el cuchillo entre sus manos—. Lexa, te amo y lo sabes, pero si tocas a Valentina te juro que-

—¿Estás loca? —levantó una ceja hacia ella—. No voy a matar a nadie.

—¿Y ese cuchillo?

—Espera, espera. ¿Creíste que iba a asesinarla con un cuchillo para frutas?

—¡También es filoso!

Riendo, Lexa movió el cuchillo entre sus manos mientras Clarke la observaba aterrada.

—Lexa, baja esa cosa. Puedes hacerte daño.

—Por favor, Clarke. ¿Enserio crees que pienso hacerle daño?

—B-bueno, tú y ella no sé llevan bien y-

—Que no nos llevemos bien no es una razón para asesinarla. No soy irracional.

—Yo no opino lo mismo —murmuró Valentina, con esa expresión aburrida de siempre.

—Cállate, Carvajal —apuntándole nuevamente con el cuchillo, Lexa frunció el ceño —¿Crees que puedo matarte? ¿Qué voy a hacerte daño? ¿Qué cuando menos pienses voy a enterrar este cuchillo en tus entrañas?

—No me sorprendería si lo pensaras.

Arrugando su nariz y levantando más el cuchillo, Lexa apartó a Clarke del camino y dio unos pasos hasta quedar frente a frente con Valentina —claro que tuvo que levantar la cabeza pues ella era más baja—.

—Lexa-

—Yo no soy como tú —musitó tras unos segundos, dejando caer finalmente el cuchillo al suelo.

El aire regresó a los pulmones de Juliana y Clarke, quienes exhalaron aliviadas. Por su parte, Valentina apretó la mandíbula.

—No voy por ahí creyendo que hago lo correcto sólo para ganar unos cuantos billetes, cuando en realidad sólo hago sufrir a los demás.

—Nunca pedí tu opinión sobre mi vida.

—Y yo nunca te pedí permiso.

—Eres una maldita chismosa, ¿Cómo es que Clarke pudo tan siquiera fijarse en ti?

—No, Valentina. ¿Cómo pudo tan siquiera fijarse en ti? ¿Cómo pudo ser tu amiga?

—Chicas-

La rubia apretó los dientes y sus manos se cerraron en puños a ambos lados de su cuerpo.

—Cállate, tú no sabes nada.

—Tú tampoco tienes idea de nuestra vida, y aun así estás metiéndote siempre. ¿O qué? ¿Crees que nunca te escucho cuando le hablas a Clarke sobre mí? ¿Cuándo le dices que debería dejarme porque es lo mejor que podría hacer? ¿Cuándo le dices que yo no valgo la pena? —remarcando cada pregunta y charla, Lexa golpeó el pecho de la mayor con el dedo índice repetidas veces—. No tienes una maldita idea de lo que pasé o de quien soy yo. Desde que me conociste sólo te has limitado a juzgarme sin saber, y ya estoy malditamente harta.

Believe In Desiny | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora