Capítulo 5

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-            ¡Estás loca! — gritó Lena.

-            Muy bien, Elena, muy bien...

-            Joder, mamá — sollozó — Entiéndeme, ¿vale?

-            No, Elena, no vale. Os hemos educado de una manera abierta...

-            No exageres, mamá — intervino Trish, en defensa de su hermana. — Que se hable de sexo sin tapujos no quiere decir que nos hayáis educado abiertamente. Si fuera así no estarías montándole el cristo Lena sólo porque es lesbiana.

-            ¿Perdona?

-            Eres una homófoba, mamá. Los dos lo sois. Nos habéis educado para que tengamos una sexualidad sana, enhorabuena, ahora dejadnos que la tengamos con quien queramos.

Cogió del brazo a su hermana pequeña y la sacó arrastras de la cocina, escaleras arriba, a su habitación. Lena estaba llorando a moco tendido y ella sólo atinaba a abrazarla con fuerza y mecerla levemente, como cuando, de niña, se caía y se raspaba las rodillas. Le acarició el pelo tratando de calmarla, la necesitaba serena para trazar un plan, algo que les permitiera salir de aquel entuerto lo más sanas posible.

-            Papá ha amenazado con quitar las puertas — murmuró Lena.

-            Es tan injusto — la calmó Trish.

-            Tú me entiendes, ¿verdad? — su voz sonó a súplica.

-            Claro que sí. Y lo respeto. ¿Sabes? Yo siempre he dicho que todos somos bisexuales...

-            Eso no es cierto. A mí me gustan las mujeres.

-            Lo sé. Y a mí los tíos, pero puede que un día aparezca una chica que me haga sentir lo mismo...

-            Dime, por favor, que no estás hablando de sexo.

-            Ahora mismo, no. Lena, quiero decir que el día que me enamore será de una persona. Me da igual lo que guarde en su ropa interior.

-            ¿Sabes lo peor? Que a ti nunca te han dicho nada por ser una zorra y a mí...

-            No creo que lo sepan. De todas formas, tendrá que entrarles en la cabeza. Eres su hija, tendrán que aceptarlo.

-            O echarme de casa.

-            Lena, no harán eso. ¿Un ultimátum? No me jodas, dudo que se pongan en ese plan.

-            Oh, Trish, han cambiado tanto las cosas...

-            Se arreglará, lo prometo.

-            Quiero salir de aquí. Emborracharme hasta perder el sentido.

-            ¡Bien! — saltó de la cama. — Arréglate, nos vamos de fiesta.

-            Castigada sin salir.

-            Oh, no. Ya lo creo que no. No pueden castigarte por eso. ¡Vamos!

-            Trish, yo...

-            ¿Con quién te pillaron? ¿Zoe?

-            No. Zoe y yo cortamos hace tiempo. Marc no la hablaba y... Estaba con Denisse, no la conoces, pero no es nada serio, sólo... lo hacemos.

Amanecer RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora