«Existen océanos mentales, esos en los que empiezas en una orilla al recordar el momento feliz y luego caes en un hoyo profundo al terminar reviviendo cómo terminó aquella felicidad.
Me han operado solo una vez en mi vida. He sentido ese miedo de no despertar. Hay algo bueno con esa sensación, con ese pequeño mute interior en el que no pasa nada, o al menos nada que puedas controlar, solo puedes cerrar los ojos y esperar terminar bien. No obstante, lo bueno no está en la totalidad de la sensación. Dividiré el momento, como en una recta numérica, para que te ubiques:
-1s: Aceptas que existe la posibilidad de que no salgas vivo de la operación.
0: Sucede la operación y ni eres consciente.
+1s: Despiertas, vivo.
Lo bueno no está en ese -1s, sino en el segundo +1s. Ese momento después, te despiertas y comparas "Hace un segundo acepté que podía morir, no despertar más, ahora estoy acá, ante la misma carota del doctor".
Jamás podrás olvidar ese momento, ese después de morir, o ese aceptar que podías haber muerto.
La segunda vez que sentí algo así no fue por mí, sino porque mi madre podía morir, eso fue peor, porque estuve congelado en el puto segundo menos uno.
Habían dos opciones; se curaba o fallecia, una me haría sentir él más afortunado y la otra el más desdichado.
Los escuché.
Les creí.
"Todo estará bien"
"No estás solo, sé que saldrás de está"
"Algo tan malo no te va a pasar"
Pero pasó.
Y quedé solo y juzgado.
Pasé de ser el chico esperanzado al chico al que todo le sale mal, el que es un iluso y del tipo de personas que mueren en un terremoto, accidente o que pueden terminar indigentes.
Yo tenía un amigo en particular, su nombre era Andrew. No sabía cuánto lo apreciaba hasta que me despreció.
Me dijo tantas cosas que con el tiempo se volvieron mentiras. Andrew gozaba de mi inteligencia en los trabajos grupales y se jactaba de ser como yo solo porque estaba conmigo.
Andrew era un idiota.
Mientras mis problemas eran banales era mi mejor confidente. Nunca he sido tan afectivo, pero era agradable tener a un amigo con quién desahogarte. El tema estuvo cuando mis problemas se volvieron un solo gran problema.
La primera vez que le platiqué sobre mi situación, pensé que Andrew me escuchaba por empatía. La segunda vez que lo hice, me di cuenta que solo me sacaba información para hablar de mí con el resto, como si mi vida se resumiera en un chisme de pasillo.
No sé porqué escuchar que mi madre moría de un enfermedad era entretenido.
Yo era el enfermero favorito de mi madre... Pésima elección... El tratamiento no hizo el efecto que debía, fui visto como algo que falló, algo que debemos ignorar porque contradice la ideología Disney del "Todo sale bien".
Antes de la operación pensé que ella moriría y ustedes me prometieron que no sería así, que no pensaría así y yo les creí... Luego tuve que escoger solo el color de su urna. Me volví lágrimas y hasta me dio alopecia areata por el estrés, fue de la leve y en un lugar que pude ocultar con el resto de mi cabello. Mierda, estaba solo, mi papá no me quería ver y ya no tenía mamá, ¿Quién hablaba conmigo?. Fue normal, entonces, sentirme dañinamente solo.
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Pusilánime | Caballeros Grises N° 1
Mystery / ThrillerCuando se miran saben que alguien está mintiendo y se preguntan quién será capaz de quitarle la máscara a quién. ¿Quién es mejor escondiendo la verdad? ✓♟️Primer libro de la Trilogía 🏴Caballeros Grises🏳️ "¿El caballero es valiente y noble por...