XX

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  El tiempo se encargó de confundirme más.

  Yo estaba molesta con Charles, me parecía un idiota, ¿Por qué ahora me ignoraba y evitaba en los pasillos?

  ¿Por qué permitió que me ilusionara con él si luego me trataría así?... No pensé que me desestimara tanto.

  Está bien, si no me quiere en su vida, no importa.

  Aún así yo lo seguiría viendo, porque aún de eso tenía ganas, verlo era ver un corto de la mejor película del mundo, y yo sé; no debería hablar así del chico que me trató como si yo fuera desechable, pero, parte de mí quería que él se me acercara a preguntarme el porqué lo veía tanto. Quería escuchar su voz dirigida a mí, solo para tratarlo con desinterés y a ver si lograba hacerlo sentir con palabras lo que me hacía sentir con sus acciones.

  Justo ahora, un relámpago sonó en la ciudad y mi vista fue a la entrada justo donde venían entrando Charles y Sophie. Aparté la mirada de Shopie en cuanto me vio, pero no del pelioscuro, quién también me sostuvo la mirada hasta que tuvo que subir una escaleras junto a la morena.

  Charles traía humeda ropa oscura, en su camisa traía unas delgadas y pequeñas letras en rojo oscuro mientras su cabello desordenado goteaba lo que la lluvia le había mojado. Su mirada en mí fue centrada, mientras aún transpiraba, quizá quería confirmar si en serio le mantendría la mirada.

  Seguí estudiando en la cafetería, repasando y resaltando palabras. Tenía que entregar un trabajo mañana y ni siquiera lo había empezado.

  Miré mi celular; ni una llamada, ni un mensaje. ¿Qué habrá pasado con mi padre?, ¿Y mi mamá seguirá feliz?

  Supongo que todos pueden continuar su vida sin mí.

  Me encogí de hombros y volví al libro. Odié la materia, la carrera y esa tarde en general.

(...)

  Paseé a Señor Doritos por el parque más cercano, no pude evitar pensar que aún debía un año para salir de secundaria. Eso estaba mal.

  Dejar mi casa, mi secundaria y mi país entero por encontrar a mi mamá estuvo muy mal. Fui una imbécil.

  ¿Por qué lo que enseñan en las películas no me pasó?, dejé todo por amor y me dejaron por alguien más, o bueno, por una vida mejor. No importa, ya es parte del pasado, ¿No?, Pero las medidas de tiempo son relativas, todo es un mismo hoy que será mañana y fue ayer. Nuestra vida no se debe dividir por tiempo, sino verse como una historia en la que el inicio y el intermedio son esenciales para entender de qué se trata todo y hacia dónde podemos ir. Puedo entender mejor el porqué a Charles le gusta leer biografías.

  No debí pensar en Charles.

(...)

  La nieve arropaba la ciudad y sentía que la única fuente de luz que me calentaba al caminar eran las de los faroles.

  Entré al lobby con el cabello un poco alborotado. Intenté acomodarlo. Una mirada oscura se posó en la mia y giró su vista para evitarme. Bufé y me detuve, él hablaba con TL, empezó a rascarse la nuca. Puse los ojos en blanco en un desdén para avanzar. Se me hizo obvio el que detuvieran su conversación por mí. Las puertas del ascensor se abrieron y ellos entraron. Lo pensé un segundo y entré con ellos.

—Buenas tardes —pronuncié de lo más educada y presioné el circulo con el número de mi pasillo, dándoles la espalda.

  Se miraron entre sí y solo respondió TL:

—Buenas tardes —con torpeza.

  Ya estaba cansada de la situación. Si él queria pretender que ya yo no existía para él yo jugaría a que él jamás lo hizo para mí.

Pusilánime | Caballeros Grises N° 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora