Llovía, mucho.
Tenía frió y un suéter del doble de mi tamaño... Bueno, tal vez exagero. El punto es que llovía mucho mientras llegaba de la biblioteca de la universidad, había reunido la suficiente información para mi ensayo, el cual sería toda una bomba ante Marie —Mi compañera más competitiva— o cualquier compañero que quisiera volver la clase un debate.
Me sentía feliz, ahí con las greñas húmedas y los jeans holgados, en el lobby de un gran hotel. El nuevo reto académico de debatir a nombre de nuestros ensayos me traía buenos recuerdos de la preparatoria, casi me sentía a punto de ir a almorzar con mis amigos. Mientras inconscientemente movía mis caderas, noté que un castaño enarcó una ceja hacia mí mientras cruzaba sus brazos para sostener su barbilla entre un par de dedos. Todo su rostro contenía una risa hacia mí.
Camisa de cuadros en tonos otoñales, como siempre. Cabello lacio y cara tierna. Se me salió una risa nerviosa y llevé los papeles a mí espalda, quedándome quieta.
—Nathaniell —Sonreí.
—¿Y esa felicidad, Margarita? —relajó su pose.
—Es Madeline.
—Eso dije.
Bramé con resignación.
—Tengo buenos argumentos —Él sabía que me refería a mi ensayo, le había comentado en la biblioteca. Puse cara de retadora, dandole a entender que mi ensayo sería todo un arma letal—, mi ensayo será el mejor.
—Uy, casi suena peligroso —ladeó su sonrisa.
No pude evitar mostrarle una pose peligrosa y divertida, acompañando sus palabras.
Río un poco y volví a una pose normal, sonriendo.
—Vamos —dio media vuelta, mostrándome el camino al ascensor. Ladeé mi rostro confundida—, hay reu en la suite de nuestro amigo.
Tardé segundos en entender.
—Tengo cosas que hacer —murmuré mirando a otro lado.
—Nosotros también tenemos tarea, así que no nos hagas sentir culpable —puso mueca con rostro ladeado.
—Eh, no, mejor me iré a mi habitación.
Ni loca iba sin invitación.
—A Sophie le encantará verte, pensará que no te envié y no quiero discutir con ella, Madeline. Además, ¿Por qué no?, Solo somos nosotros.
—¿No hay nadie más?
—Charles no daría una fiesta en su piso, jamás.
Enarqué una ceja al coincidir.
—No me ha invitado él.
—¿Y?
Se molestó la última vez que me reuní con ustedes.
—Y no está bien llegar sin invitación.
—Pues vamos —me halo de la manga con precaución, guiándome al ascensor, obvio me resistí—, te llevaré a que te invite personalmente. No sé cómo el muy idiota no te invitó con carta formal.
—No estoy hablando de eso...
—Así suenas —Ya estábamos en el ascensor y presionó el piso con convicción—, como si necesitarás invitación formal para visitar a tus amigos; te llegas y ya, si les conviene bien y sino que te soporten un ratico, eso es amistad.
No puede evitar reír por la manera tan convincente en la que hablaba. Seguro de que yo era una idiota y todo el asunto muy importante. Bueno, estudiante de derecho tenía que ser.
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Pusilánime | Caballeros Grises N° 1
Misterio / SuspensoCuando se miran saben que alguien está mintiendo y se preguntan quién será capaz de quitarle la máscara a quién. ¿Quién es mejor escondiendo la verdad? ✓♟️Primer libro de la Trilogía 🏴Caballeros Grises🏳️ "¿El caballero es valiente y noble por...