Capítulo 5: Sexualidad

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Estuve buscando a la Rubí todo el recreo para decirle que teníamos que juntarnos a terminar el trabajo porque nos tocaba presentar en dos días. Le podría haber mandado un mensaje por WhatsApp pero quería verla, no sabía porqué pero quería verla.

Me estaba rindiendo cuando derepente la veo conversando animadamente con el Julián, el se veía nervioso, pero igual se reía. La Rubí se le acercaba y el se ponía rojo. Sentí una presión en el pecho, no podría definir qué tipo de sentimiento es porque no lo había sentido antes, pero estaba segura que no me sentía cómoda con eso.

Me iba a ir porque no quería interrumpir ni incomodarlos, en realidad no quería seguir incómoda yo, pero el Julián justo me vio y me saludó efusivamente. No me quedó más remedio que acercarme, la Rubí se puso un poco seria.

—Hola Maquita.— me dijo Julián.

La Rubí levantó una ceja y sentí que me disparó con la mirada.

—Hola ¿Cómo están?

—Super bien.

—Bien.— dijo ella.

—Eh, igual si estaban ocupados yo... yo me voy.

—No na' que ver Maca no estábamos ocupados.

—Sí, tranqui.— dijo la Rubí.

—¿Me estabas buscando?— me dijo el Julián.

—No, en realidad estaba buscando a la Rubí.

—¿A mi?

—Sí, pero es cortito, después te hablo mejor.

De verdad que me quería ir luego de ahí. Me estaba yendo cuando la Rubí me tomó del brazo. Me di la vuelta lentamente y la miré, ella me soltó y se arregló el pelo hacia un costado.

—Ehh ¿Qué querías decirme? Es que me carga quedar con la duda.— rió un poco nerviosa.

—Ah es que... tenemos que juntarnos a terminar el trabajo del electivo, pasado mañana nos toca presentar.

—Ah verdad ¿Tu podí hoy día?

—Sí, sí puedo.

—Buena.

—Eso si, no puede ser en mi casa, o sea, es que todavía ni terminamos de arreglar la casa, en mi pieza no hay ni escritorio y no me gustaría recibirte con mi casa tan desordenada.

—Pero a mi me da lo mismo eso Maca.

—Pero a mi no po'. Y ahora está más la cagá que cuando llegamos porque están haciendo la ampliación de la cocina.

La vi complicada, miraba a Julián y después me miraba a mi.

—Ehhh, bueno vamos a la mía.

Después que dijo eso me fui altiro, casi corriendo. No quería verlos más así que me fui a la sala. En la sala estaban la Sofia con la Coté.

—Maca ¿No tení nada para comer?— la Coté siempre pechaba comida.

—Una manzana.

—¿Verde?

—Sí.

—Wena ¿Me la dai? Justo ando con sal.

Yo me reí y se la pasé al mismo tiempo que me sentaba en mi puesto.

—Estoy chata, quiero irme a mi casa.— dijo la Sofía.

—Ya si falta poquito.— le dije para animarla.

—Tengo ganas de irme y ver una película acostadita o una serie.

—Podríamos ver una película por Netflix party ¿Les tinca?— dijo la Coté.

Amor de Papel • Rubirena •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora