Rubí
No me imaginaba que las cosas podían cambiar tanto en una semana. Mi vida cambió en ciento ochenta grados.
Diría que todo comenzó ese día en el que me encontré con mi hermana sumamente alterada en medio de la cancha del colegio.
Yo iba acompañada del Julián. El me iba a dejar a la sala donde se impartía el taller de literatura antes de irse al taller de fútbol. Para mi mala suerte la Catalina también iba en el taller de literatura así que se fue con nosotros, yo solo la ignoraba.
De la nada, alterada, con su cara toda roja llega la Esme y me toma de la mano que antes tenía tomada el Julián y me separa de él.
—¡No quiero que vuelvas a tocar a mi sis!
—Esme ¿Qué pasa?
—Esmeralda cálmate un poco.— decía el Julián.
—¡No me voy a calmar porque mi hermana tiene que saber la verdad!
—¿Qué verdad? — pregunté
—Lo que pasa es que el Julián te lleva cagando dos meses con esta hueona.— dijo mi hermana apuntando a la cara de pájaro.
Sentí que se me apretaba el pecho.
—Mentira, no es así.— decía el.
De pronto aparece el Miguel, su hermano, con la hermana de la Maca.
—Puta Jose, yo te dije que era un secreto.— le decía él.
—¿Julián me puedes explicar qué está pasando aquí? — dije apenas.
—Rubí yo... esto no es como lo pintan. Hay una explicación.
—¡¿Qué explicación puede haber para meterse con otra mina estando con mi hermana?!
—Rubí es mentira... yo te qui...
—¡Es verdad! — dijo la Cata al fin alzando su voz — Es verdad Rubí con el Julián hemos estado juntos, pero no fue nuestra culpa... Nosotros nos enamoramos.
No quería seguir escuchando, me fui al patio de atrás y ahí la Maca me consoló durante varios minutos.
Ese día me fui rendida a mi casa, sentía que había corrido una maratón o que un camión había pasado sobre mí. Me fui con mi hermana, la Maca y la Jose.
Cuando estábamos llegando a la estación de la Maca, me iba a bajar tal como lo hacíamos todos los días desde que ella sufrió su crisis, pero me detuvo.
—Hoy yo te acompaño a tí.— me dijo sonriendo.
Ni siquiera tenía fuerzas como para decirle que no, así que acepté. Su hermana sí se bajó.
A paso lento fuimos a tomar la micro y así mismo caminamos hasta mi casa. La Esme me llevaba del brazo.
—Yo voy a entrar.— dijo la Esme dejándonos a las dos solas afuera.
Nos miramos un momento, ninguna sabía muy bien qué decir.
—Ah sido un día intenso.— dije.
—Sí... mucho.
—Me siento terrible por sentirme tan mal siendo que tu has vivido cosas peores este último tiempo.
—Pero Rubí es válido, muy válido que te sientas mal, yo en tu lugar... estaría igual. Además tienes que permitirte sentir el dolor y afrontarlo.
—Sí, tení razón.
—Yo voy a estar para tí siempre Rubí. Siempre.
Esas palabras hicieron que la presión en el pecho se volviera mucho más leve.
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Amor de Papel • Rubirena •
FanficYo Pensaba que el amor no era para mí. Y yo busqué el amor en el lugar equivocado. M&R🌹