Volvamos a los seres humanos, Sofía. La «forma» del ser humano es, según Aristóteles, que tiene un alma vegetal, un alma animal, así como un alma racional. Y entonces se pregunta: ¿cómo debe vivir el ser humane? ¿Qué hace falta para que un ser humano pueda vivir feliz? Contestaré brevemente: el ser humano solamente será feliz si utiliza todas sus capacidades y posibilidades. Aristóteles pensaba que hay tres clases de felicidad.
La primera clase de felicidad es una vida de placeres y diversiones. La segunda, vivir como un ciudadano libre y responsable. La tercera, una vida en la que uno es filósofo e investigador. Aristóteles también subraya que las tres condiciones tienen que existir simultáneamente para que el ser humano pueda vivir feliz. Rechazó, pues, cualquier forma de «vías únicas».
Si hubiera vivido hoy en día a lo mejor habría dicho que alguien que sólo cultiva su cuerpo vive tan parcial y tan defectuosamente como aquel que sólo usa la cabeza. Ambos extremos expresan una vida desviada.
También en lo que se refiere a la relación con otros seres humanos, Aristóteles señala un «justo medio»: no debemos ser ni cobardes ni temerarios, sino valientes. (Demasiado poco valor es cobardía, y demasiado valor es temeridad.) Del mismo modo no debemos ser ni tacaños ni pródigos, sino generosos. (Ser muy poco generoso es ser tacaño, ser demasiado generoso es ser pródigo.) Pasa como con la comida.
Es peligroso comer demasiado poco, pero también es peligroso comer en exceso. Tanto la ética de Platón como la de Aristóteles se remiten a la ciencia médica griega: únicamente mediante el equilibrio y la moderación seré una persona feliz o en armonía.
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El mundo de Sofía-Jostein Gaarder
RastgeleLa obra trata de una pequeña de 14 años, que el 15 de junio cumplirá 15 años. Su vida cambia increíblemente cuando recibe la carta de un filósofo que le enseña cómo es el mundo desde la filosofía.