Zorra.

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Una nueva jornada escolar comenzaba, a pesar del episodio del día anterior, Rin se encontraba tan radiante como de costumbre, y esa sonrisa suya tan característica no se borraba de su rostro. 

Caminaba por los pasillos de la gran institución, en dirección a su aula de clases.
Al pasar por la biblioteca, siente que es jalada del brazo, y la obligan a adentrarse al silencioso lugar.

Rin abrió la boca dispuesta a soltar un grito pero una mano sobre ella se lo impidió. 

-Soy yo cariño, tranquila.

Pudo voltear y encontrarse con Sesshomaru, que la observaba fijamente. 
Una sonrisa apareció en su rostro, y saltó a los brazos del peliplata, él la recibió abrazándola fuerte.

-¡Sesshomaru! No me asustes así, maldita sea. Creí que eras Kohaku -hizo una mueca de disgusto. - ¿Cómo estás? 

-Muy bien, solo porque te veo.
Acarició el largo cabello chocolate de la muchacha.- ¿Qué pasó ayer con el cornudo? 

-No seas así, Sesshy...
Él creyó que había alguien más en la habitación pero afortunadamente ya no estabas ahí, si nos descubría todo se iba a la mierda. 

El peliplata esbozó una media sonrisa y se pegó al cuerpo de la castaña.
-Deseo que todo se vaya a la mierda, muero por besarte frente a todo el mundo, ¿lo sabes?

-Sabes que eso no sucederá, mi padre podría asesinarme. 
La muchacha bromeó, pero el rostro varonil de Sesshomaru presentó una mueca de desagrado ante el comentario. Rápidamente cambió el rumbo de la conversación. 

-Dejame besarte, extraño esos labios. 

Ni siquiera protestó, y ya lo tenía besándola dulcemente mientras abrazaba con fuerza su cintura.
Rin sintió derretirse en esos brazos, dejándose llevar por el demandante pero tierno beso de Sesshomaru. 

-Es una adicción -comentó mientras picoteaba repetidamente los labios carnosos de la joven.

-Sesshomaru, debo ir a clases o estaré en problemas.

El peliplata aprovecha para darle un último beso y afloja su agarre, dejándola libre.

-Ve, o de lo contrario no voy a soltarte más. 

Rin le dedicó una sonrisa y se retiró del lugar, siguiendo su camino al aula como de costumbre, aunque esta vez algo tarde.
El ambarino esperó unos segundos para salir también, sin molestarse en observar a su alrededor para saber si alguien los había visto o no. Grave error, ya que luego de dar unos pocos pasos en dirección al salón se topo con quien menos quería en éste momento. 

-¿Qué hacían tú y Rin en la biblioteca? Maldito, más te vale que no estén cogiendo o te destruiré Taisho.

Esa voz la reconoció de inmediato, irritado giró en dirección a quién provenía.

-Cierra la boca Kohaku, ya quisiera yo estar cogiendome a tu hermosa novia y poder refregartelo en la puta cara, pero no, así que no me jodas o tendré que darte motivos reales para que desconfíes.

Sesshomaru se había burlado de Kohaku en su cara una vez más, y ahora lo dejaba solo ya que siguió con su camino sin mirar atrás, como si estuviera completamente despreocupado.

Por su lado, Rin ingresó al aula bastante tarde y el profesor la regañó por eso, pero de igual manera la dejó tomar la clase. Se sentó junto a Kagome, quien luchaba por abrir una bolsa de patatas sin ser descubierta. 

-Siempre igual tú, Kagome. -le susurró a su amiga mientras tomaba la bolsa para abrirla cuidadosamente, sin emitir sonido alguno.

-Eres la mejor, Rin. -contestó su amiga también en voz baja, llevando algunas papas a su boca. -¿Dónde estabas? Tú jamás llegas tan tarde, menos un viernes. 

𝐁𝐚𝐝 𝐁𝐨𝐲. Sesshomaru y Rin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora