La prueba.

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Ayame y Kagome volvieron cada una a sus respectivos hogares, con la condición de que su amiga les avise de cualquier noticia que tuviera sobre la preocupación de un embarazo. Rin aceptó y las dejo ir.

También habló con Sesshomaru, pero no dio detalles de que se trataba por llamada ya que preferia que el peliplata se encuentre con ella para poder decirselo en persona. Él comprendió que era un asunto importante e hizo lo posible para estar en casa de Rin en pocos minutos.

- Iré a casa de Rin, luego te veo.

Le comentó a Inuyasha, con quien pasaba el rato en su casa.

- Ten cuidado, papá esta ahí.

Le pareció extraño, entendía que ahora eran socios pero al parecer pasaba mucho tiempo con el padre de Rin y eso le dificultaba visitarla de vez en cuando.
De igual manera se encogió de hombros y salió de la casa, ya encontraría una forma de entrar sin que lo vieran.

La castaña lo esperaba con unas ansías que parecían salirse de su cuerpo, sentía que podía explotar en cualquier momento si Sesshomaru no llegaba. El tiempo parecía estirarse mientras esperaba. Cada minuto se volvía una eternidad, y la incertidumbre la consumía. Finalmente, el sonido de su ventana la hizo saltar de nervios. Como de costumbre, Sesshomaru había trepado un poco hasta poder colarse en la habitación. La puerta jamás habia sido una opción.

- Vine tan rápido como pude.

Musitó una vez que ya se encontaba adentro. Lo primero que logró observar era aquella preocupación que desbordaba de la mirada de la mujer que tanto lo volvía loco, contagiandole aquel sentimiento.

- Sesshomaru, estamos en problemas...

Miles de cosas pasaron por su mente al escuchar esas palabras, miles, excepto lo que realmente estaba sucediendo.

Sesshomaru frunció el ceño, su expresión usualmente imperturbable mostraba un destello de preocupación. Se acercó a la castaña y le tomó las manos con suavidad, buscando calmarla.

- ¿Qué está pasando? - preguntó, su voz profunda resonando en la habitación.

Rin tomó un poco de aire antes de afrontarse con esta agobiante situación, cuando estuvo lista para hablar, lo soltó de repente.

- Creo que puedo estar embarazada...

Los ojos color ambar del peliplata de abrieron abruptamente, esa confesión lo abordó con completa sorpresa. Se quedó sin palabras por un momento, su mente intentando procesar la noticia inesperada. Una mezcla de emociones cruzó por su rostro antes de que pudiera controlar su expresión.

-Rin... - murmuró, su voz apenas un susurro cargado de incredulidad y asombro.

Ella bajó la mirada, sintiendo el peso de la incertidumbre y la ansiedad en sus hombros, preparándose para ser juzgada. Sabía que esta noticia cambiaría sus vidas de manera irrevocable, y que si llegaba a ser real, arruinaría sus vidas para siempre.

Después de un momento de silencio, Sesshomaru se acercó a Rin con paso lento pero decidido. Con delicadeza, levantó su mentón para que sus miradas se encontraran.

- Estaremos juntos en esto. - dijo con una firmeza reconfortante en su voz. - No importa lo que depare el futuro, te apoyaré en cada paso del camino.

Rin sintió un atisbo de esperanza ante las palabras reconfortantes de Sesshomaru. Lo abrazó fuerte, el la contuvo sobre su pecho mientras sentía aquel pequeño corazón latir sin cesar y más fuerte que nunca.

- ¿Cómo podemos asegurarnos de que lo estoy o no? - preguntó ella deteniendo ese abrazo para mirarlo a los ojos. - Sé que debo hacerme una prueba, pero... ¿cuándo?

𝐁𝐚𝐝 𝐁𝐨𝐲. Sesshomaru y Rin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora