Enamorado de un demonio

Capítulo 3: ¿Quién eres tú?

Taehyung.

Desperté agitado, porque estaba empezando a tener otra de mis pesadillas. No supe en donde iba a despertar esta vez, no sabía que había sucedido, ni en dónde estaba, pero yo ya estaba preparado para esperarme cualquier cosa, menos lo que mis ojos presenciaron. Abrí mis ojos con suma curiosidad por saber dónde estaba metido esta vez.

Me aterré de inmediato, estaba lleno de miedo cuando vi a aquel chico, que estaba sentado sobre la cama en la que yo estaba recostado, no reconocí su rostro; sin embargo, de alguna manera yo sentía que lo conocía, como si lo hubiera visto antes, y, esa misma sensación era la que me hacía dudar de él, me hacía sentir atemorizado y lleno de terror.

Rebusque en mi memoria intentando recordar algo sobre él. ¿De dónde salió él? ¿Por qué estaba conmigo? ¿Dónde estaba yo? ¿Qué había sucedido? ¿Por qué le tenía tanto miedo a aquel pelinegro? ¿Quién era él? ¿Era uno de ellos? ¿Y dónde estaba...? ¿Bogum?

Me alteré de una forma demasiado notable, tenía un nudo en la garganta y en ese momento un escalofrío me recorrió en todo el cuerpo. ¿Cómo podía sentir miedo de un chico tan... perfectamente hermoso? Yo, había estado toda mi vida rodeado de hombres feos, robustos y con cara de matones, pero nunca sentía miedo, sin embargo, esta vez el pánico me invadía cada parte de mi cuerpo, sentí que debía echarme a correr o caer en llanto, pero por alguna razón sentía que él quería hacerme daño, mucho daño.

Su imagen me cegaba de una manera espeluznante, era como si estuviera brillando, como si tuviera algún tipo de luz a su alrededor, su rostro era simplemente perfecto, era la perfección con todas sus letras, tenía un brillante cabello azabache, una perfecta sonrisa dibujada en la cara, con unos perfectos dientes blancos que relucían a través de sus labios rosados, sus mejillas estaban bastante sonrojadas y poseían un ardiente tono rosa, su mirada era intensa y llena de picardía; me miraba como si quisiera comerme y eso me aterrorizaba, pero él aparentaba tener una actitud juvenil y relajada.

Sus cejas eran de color marrón intenso y tenían un brillo suspicaz, su cuerpo era hermoso y dotado, se le podían ver unos musculosos brazos, junto con unos bien formados abdominales que se le veían a través de su camisa ligeramente desabotonada, era de espalda ancha y hasta su cuello era musculoso y grueso, hasta apetecible, pero aun así este chico me aterrorizaba.

¿Por qué sentía tanto pánico de un chico tan apuesto y aparentemente perfecto? Tome una bocanada de aire para echar un grito lo suficiente audible y en seguida la sonrisa del joven se borró, alzó su mano y la posiciono sobre mi boca antes de que pudiera soltar el aire con un potente grito.

La sensación que sentí cuando él colocó su mano sobre mis labios fue impactante, electrizante, paralizante y muy atrayente, que hasta aumento mi ritmo cardíaco de una manera brutal. Mi terror aumentó aún más.

¿Qué me está haciendo? Pensé. Era como si me estuviera suministrando alguna sustancia mortal que hacía que fluyera por todo mi cuerpo.

- Por favor, no grites -, dijo el chico con una perfecta voz que entró por mis oídos y golpeó con rudeza mis tímpanos, su melodiosa voz era como música para mi sistema auditivo. Apartó su mano de mi boca de inmediato, intenté tranquilizarme para que mi voz saliera.

- ¿Quién... quién eres tú? -, balbuceé intranquilo y aterrorizado.

- Jungkook -, me respondió él, mientras tanto volvía a esbozar su sonrisa matadora -. Jeon Jungkook para servirte.

- ¿Dónde...? -, dije con una voz que se catalogaría tímida -. ¿Dónde está Bogum?

- ¿Quién? -, preguntó Jungkook.

- Bogum... mi... mi Bogum.

- Espera... ¿Quién eres tú? ¿Te llamas Taehyung no? -, me pregunto casi todo con suma amabilidad -. Yo no sé nada sobre ti, ni de Mike, ni nada que tenga que ver contigo, pero quiero saber qué hacías en el Cabaret.

- ¿Qué estoy haciendo aquí? -, dije aún más confundido.

- Yo te traje, porque unos tipos iban a hacerte daño, iban a tocarte y quién sabe que más -, lo dijo mientras su voz salía calmada -. Estabas en peligro, ahora dime, ¿qué hacías en un lugar como ese? -, me volvió a preguntar.

- Yo... yo te tengo miedo -, fue lo que salió de mis labios, ni conteste a su pregunta.

- Deberías -, su respuesta hizo que me atemorizara aún más -. ¿No has escuchado que soy peligroso?

- No yo... -, trague saliva aún más temeroso –. Yo ni siquiera soy de aquí.

- Lo sé -, me dijo -. No quiero ofenderte, pero tienes un espantoso acento.

Me quedé muy callado, cuando pensé en las palabras de Jungkook, él me había confesado que debería tenerle miedo, él me había dado a entender que se decía que él era un tipo peligroso.

- Tengo... tengo que ir con Bogum.

- ¿Qué? -, preguntó Jungkook frunciendo el ceño, mientras que su sonrisa desaparecía de su rostro -. ¿Quién es Bogum?

- Bogum es mi novio -, dije inseguro y me levanté de la cama para alejarme de ese extraño, guapo y peligroso Jungkook, miré a mi alrededor, estaba solo en una habitación pequeña y cómoda, tenía una salida, un cuarto de baño con la puerta entre abierta y yo visualicé hasta la puerta principal suponiendo en escapar.

Aquel chico no me había mostrado intensiones de herirme ni hacerme daño, solamente estaba conversando conmigo, pero aun así yo sentía miedo de él. Había una voz dentro de mí que me gritaba que me alejara de él. Corrí hasta la puerta cerrada que parecía ser mi vía de escape, la puerta de salida.

Cuando llegué hasta la puerta, puse mis manos en la manilla y de un segundo a otro, sentí unos brazos rodearme por detrás de la cintura. Ni siquiera lo sentí acercarse a mí, fue sigiloso y silencioso, ágil como un felino. Mi estómago se alteró y sentí un terrible cosquilleo.

- Suéltame -, me quejé -. No me toques.

Él no me soltó y siguió rodeándome con más fuerza apretándome el abdomen.

- No tengas miedo, pequeño salvaje -, me molestó que me llamara de ese modo, casi todas las personas solían hacerlo y cada vez me molestaba más -. Sí, es cierto soy peligroso, pero realmente no voy a hacerte daño.

- Suéltame -, le repetí, Jungkook me soltó.

- Háblame de Bogum, quizás yo puedo llevarte con tu novio. Él te maltrata, ¿no es cierto?