Capítulo 13: La apuesta III

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Me quedé asombrado. Era la primera vez que un hombre me pedía un beso, todos los hombres que me habían besado lo hicieron a la fuerza y sin preguntar; Jungkook me hacía dudar de mí mismo constantemente, lograba hacerme titubear y no me dejaba pensar de manera lógica, me importaba una mierda lo peligroso que me decía ser y cualquier otra cosa, para mí había sido mucho mejor que cualquier otro hombre que hubiera conocido. Y, el simple hecho de que me haya pedido un beso, me llevó hasta las nubes.

- Puedes hacer lo que quieras -, le di el permiso que me estaba pidiendo incluso con algunos créditos extra, le ofrecí más de lo que él estaba demandando. Lo miré esbozar una sonrisa con aquella picardía que lo caracterizaba y, el simple hecho de ver su sonrisa en sus labios lograba hacerme tambalearme de gozo.

- No sé si sientes como sí... -, empezó a decir Jungkook con sus labios a tan solo milímetros de distancia de los míos -. Como si cuando nos tocamos, hubiera algo como... no lo sé... no sé como explicarlo... -, se quedó callado -. Cuando te toco, yo siento que no puedo detenerme, lo que siento es increíble, y siéndote sincero te empezaba a extrañar incluso cuando llevaba apenas dos minutos sin verte... Tú me haces algo que ninguna otra persona ha logrado hacerme sentir.

Sentir sus labios tan cerca de los míos me dejaba hipnotizado y me hacía sentir cada milímetro de mi cuerpo revolotear, yo no sé lo comenté, pero si estaba sintiendo exactamente lo que él describió había mucho parecido a lo que yo sentía, pero realmente las palabras se quedaban cortas para tratar de describir tales sensaciones.

Jungkook, era el único hombre que me haría sentir algo, había una inexplicable fuerza que me producía una atracción hacia él.

Podía sentir el fresco aliento que desprendía de sus labios cuando hablaba, no sé como logra mantenerse tan cerca de mis labios durante tantos interminables segundos sin juntar nuestros labios, en cambio, yo estaba casi retorciéndome deseando que dejara de hablar y terminara de darme ese beso que me había pedido, <<¡Bésame de una vez!>> Pensaba yo casi sin fuerza de voluntad alguna, no podía contenerme en querer saborear sus labios.

Mi cuerpo temblaba por el esfuerzo que estaba haciendo para no tirarme a besarle, yo quería que él me besara, no pensaba volver a ser rechazado por él, así que aguarde con un inmenso esfuerzo.

Jungkook junto a su cuerpo con el mío; Cada contacto me daba una sensación placentera, él tomó mi rostro entres sus frías y suaves manos, mi cuerpo no paraba de temblar, el roce de sus manos acariciando mis mejillas lograba hacer que me derritiera, era demasiado impresionante estar experimentando tantas cosas al mismo tiempo y por primera vez; Para este punto ya no podía más con mi fuerza de voluntad, si Jungkook no me besaba ahora yo saltaría para probar sus labios.

Tenía mi mirada fija en su pecho para no tener que mirar sus labios sabiendo que no iba a contenerme a besarlos, hasta que Jungkook sé ánimo a dar el siguiente paso y levantó mi rostro para mirarme a los ojos, comenzó a acercarse con tanto desespero como el mío y al fin sus labios tocaron los míos.

El primer contacto lo realizamos con los labios cerrados, y yo casi sufro un paro cardíaco al sentirme de aquella manera tan inusual, me estaba derritiendo casi literalmente, mi cuerpo perdía fuerza e iniciaba a dejar de responder, su beso fue sobrenatural en todos los aspectos.

Me aferré a él como nunca creí haberlo hecho, una de mis manos atrapo su camisa al nivel de su pecho y la otra descansaba en su hombro, yo lo apretaba con fuerza temiendo caerme o desvanecerme por la debilidad que su beso había causado en mí, mis piernas temblaban, al rozar sus labios con los míos fue incluso aún mejor que cualquier otro tacto que hubiera tenido.

En aquel momento me puse a pensar que nunca nadie me había dado un beso siquiera la mitad de bueno, jamás podría compararse tal perfección.

Jungkook comenzó a morder mis labios y luego se adentró hacia mi boca acariciándome con su lengua. Me aseguré con más fuerza a su camisa cerrando aún más mis puños y clavando mis dedos en su fuerte hombro. Perdí los sentidos, mi corazón estaba enloquecido como jamás podría haberlo estado y latía tan rápido y fuerte que incluso podría decir que cualquiera lograría escuchar mis latidos a metros de distancia, mi respiración estaba agitada y el movimiento de mi pecho al expandirse y a contraerse delataba mi desesperación junto con mi falta de aire.

Enamorado de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora