Enamorado de un demonio

Capítulo 25: Reencuentro III

¿Mi Jungkook? Pensé para mí mismo. Y luego levanté mi mirada para verlo. Él estaba de pie. Desvió su mirada como si no quisiera verme a los ojos.

- Yo me quedé con su alma -, explicó Jungkook.

- Sí, debí suponerlo

- Apártate niño -, dijo Hoseok mientras se acercaba hasta el cuerpo de Bogum. Yo obedecí.

Hoseok puso sus manos extendidas delante de él. Y contemplé como del cuerpo de Bogum se desprendía algo parecido a su espíritu, un destello blanco salía de su cuerpo como si estuviera siendo atraído por las manos de Hoseok que al final terminaron por absorber esa sombra traslúcida.

- Irá al infierno -, dijo Hoseok refiriéndose a Bogum y después de haber terminado con su trabajo desapareció de la nada.

- Salgan de aquí -, dijo Jungkook -. Vayan a alguna parte, yo me encargaré de deshacerme de los cuerpos.

- Vamos -, me ordenó Jeongguk para posterior tomarme de la mano.

Namjoon, Jeongguk y yo dejamos a Jungkook con su desastre y fuimos a sentarnos en una mesa de un restaurante de comida rápida abierto las veinticuatro horas. En cuanto supe que Jungkook no se encontraba cerca me puse a llorar de nuevo.

Crucé mis brazos encima de la mesa y puse mi cara entre ellas, para así poder llorar sin que nadie me detenga por el hecho de verme en tal estado. Lloré, lloré en silencio y Jeongguk pasaba su mano sobre mi cabello, puesto que se encontraba sentado junto a mí. Al frente de nosotros se encontraba sentado Namjoon.

- Jeongguk... -, rompió el silencio Namjoon -. Tu hermano es un demonio.

Yo pensaba que Namjoon pensaba que los demonios no existían. Él mismo me lo había confesado, que solamente eran leyendas del cielo y el infierno. Ahora, estaba muy confundido. Namjoon, él pudo reconocer que Jungkook era un demonio, de manera tan fácil como si fuera algo que se pudiera notar a simple vista.

- Pero, él es mi hermano, Namjoon -, le dijo Jeongguk -. Además, si combates contra él, estoy seguro de que saldrás perdiendo.

- Ya, sin embargo, él mata personas -, explicó Namjoon -. ¿Eso te parece justo? -, yo escuchaba atento.

- Hazlo por mí -, decía Jeongguk -. Sabes que fuiste como mi hermano -, yo levanté la cabeza para mirarles. Mi curiosidad era notoria. Mis lágrimas bañaban mis mejillas.

- No llores -, me dijo Jeongguk -. Eres muy lindo para llorar tanto -, me limpié las lágrimas con mis manos y pasé mi mirada de Jeongguk a Namjoon, para que me entendiera que le estaba demandando una explicación.

- Yo asesino demonios -, me explicó Namjoon.

- Él es una especie de cazador -, también me explico Jeongguk, pero no le di mucha importancia y continué llorando.

- ¿Ahora dónde iré? -, mi voz sonó entrecortada y terrible -. No tengo a nadie.

- ¿Y tus padres? -, preguntó Jeongguk.

- No tengo.

Namjoon ciertamente no parecía muy feliz, si se puede decir. Y Jeongguk me dio un acogedor abrazo, estar entre sus brazos lograba hacerme sentir protegido y confortable que me caí dormido entre sus brazos. Sus manos estaban acariciando mi rostro y mi cabello en el momento en el cual desperté.

No logré diferenciar si era Jeongguk o Jungkook hasta que abrí mis ojos y miré al chico de cabello azabache. Aparecí en una cama enorme, Jungkook estaba recostado a mi lado, con la mirada puesta sobre mí y sus dedos me tocaban de una manera dulce. Lo miré adolorido por dentro, puesto que, aún no se me olvidaba el hecho de que él había asesinado a Bogum.