Capítulo 11: La apuesta

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Después de aquello salimos de esa casa Bogum, Jimin y yo, en el camino desayunamos y estuvimos todo el día de un lado a otro, mientras tanto yo acompañaba a Bogum a encontrar personas que le compraran aquellos artefactos que hurto de la vieja casa. Al anochecer cuando ya habíamos conseguido suficiente dinero, Bogum quería celebrar con unos amigos, y me llevó con él a un casino.

Todos los presentes comenzaron a beber y a jugar póker, miré a Bogum que había perdido todo el dinero que obtuvimos hoy en apuestas. Yo me encontraba sentado junto a él y entre cada jugada Bogum depositaba un beso en mi cuello y mis hombros y bebía tragos de Vodka negro, después de un tiempo sus besos se me comenzaban a hacer repugnantes incluso cuando él me había metido en la cabeza que era mi esposo, mi novio, mi amante y entre muchas cosas más.

- Y ahora, ¿tienes algo más que ofrecer? -, le preguntó Jimin a Bogum.

- Creo que he dado todo lo que tengo -, respondió de una manera que se notaba que estaba bajo los efectos del alcohol.

- Yo opino -, continuó Jimin -. ¿Qué tal está oferta? Una última jugada. Si ganas te doy todo lo que has perdido sumándole lo mío; Si pierdes me quedo con todo y tú me das una noche con el chico.

Mi cara se puso pálida al escuchar a Jimin, un sucio y asqueroso que le había pedido a Bogum acostarse conmigo. Lo único que me faltaba era que aceptara y mi virginidad quedaría en manos de la suerte de un juego de póker.

- Oye, Jimin, si ganas puedes compartirlo ¿o no? -, dijo otro jugador borracho riendo a carcajadas.

- Quién sabe -, le contestó Jimin -. Pero antes él debe aceptar. ¿Qué me dices Bogum? ¿Sí o no?

Bogum casi me dirigió una mirada de arriba abajo.

- Yo... -, comenzó a hablar y yo rogaba para mis adentros que no aceptara -. Yo no lo sé... es que... yo aún no...

- ¿No te has acostado con él? -, preguntó Jimin en expresión de sorpresa -. ¿Qué? No me digas que te da lástima. ¿O acaso quieres ser el primero?

- ¡No, no es eso! -, dijo Bogum con inquietud -. Está bien, acepto.

Una lágrima pasó por mi mejilla, yo sabía que él volvería a perder y me obligarían a hacer algo que yo no quería. Bogum me miró y al observar mis ojos cristalizados por las gotas de agua salada, procedió a acariciar mi mejilla removiendo aquellas lágrimas.

- No te preocupes -, me dijo al oído en voz baja -. Voy a ganar... te lo prometo, sabes que todo esto lo hago por ti, para comprarte ropa y unos bonitos zapatos para que no tengas que andar más descalzo, para darte comida y para que tengas todos los lujos lindo.

El juego, en el que la apuesta era yo comenzó con extrema tensión, yo miraba cada jugada con una increíble preocupación y casi a punto de soltar muchas lágrimas, Bogum también de vez en cuanto me lanzaba miradas con inquietud a comparación de Jimin junto con los otros hombres que me miraban riéndose con maldad.

De un momento a otro sentí un escalofrío pasar por todo mi cuerpo, sentí una extraña presencia y la pesadez de que alguien clavaba sus ojos en mí, una sensación muy familiar me comenzó a invadir, era algo tan fuerte y sobrenatural que me asustaba.

Alce mi miraba del juego de póker y confirme de quien se trataba, al mover la dirección de mi mirada admire la perfecta imagen de Jungkook de pie, recostado en la barra a unos cuantos metros de diferencia de mí y no paraba de mirarme.

Nuestras miradas se entrelazaron y yo me quedé helado al verlo de nuevo, su presencia me tranquilizaba y relajaba al mismo tiempo que me exaltaba e inquietaba. Quise hablarle con mis ojos o tal vez telepáticamente de una manera en la que Bogum no se diera cuenta de que él se encontraba allí, por el hecho de que si le llegaba a ver se enfadaría; Lo único que hice fue limitarme a mirarlo y él también a mí.

Le lancé varias miradas disimuladas para que Bogum no lo notara, mis ojos no podían evitar observarle, examine su cuerpo de arriba abajo y él no dejaba de lanzarme sonrisas que tranquilizaban mi preocupación, sentí como si todo iba a salir bien cuando lo vi aparecer, incluso llegué a olvidarme de la asquerosa apuesta.

Todo continuaba igual, hasta que mis oídos captaron la risa de Jimin, mi mirada se dirigió a Bogum y este se levantó de la mesa furioso y le proporcionó una patada a la silla en la que estaba y se mantuvo de pie.

- Es mío -, gritó Jimin y siguió riéndose audiblemente hasta el punto de que todos los presentes en el casino se quedaron observándole.

- ¿Podemos reconsiderarlo? -, preguntó Bogum.

- ¡Absolutamente que no! Ahora, déjame llevarme a este chico lindo conmigo -, Jimin se acercó hasta mí y quiso ponerme sus manos encima.

- Jimin, no vayas a hacerle daño -, me defendió Bogum, yo en cierto punto jamás lo había visto tan preocupado por mí, nunca me había mostrado que realmente le dolería si alguien me hiciera daño, sin embargo, esta vez parecía estar hablando en serio.

Jimin lo único que hizo fue soltar una carcajada.

- Él lo disfrutará, ¿cierto bonito? -, dijo Jimin en respuesta.

Enamorado de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora