First Time

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Advertencia: Contenido Sexual (+18)

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Jugar a las cartas en su guarida era una rutina habitual durante las tardes en las que podían descansar un poco de todo lo que ser parte de los Black Dragons significaba. Tenían una pequeña televisión al fondo que estaba encendida en un programa de variedades cualquiera, en realidad ninguno de los dos le prestaba atención, solo estaba para hacer algo de ruido mientras jugaban sentados en el piso.

Seishu miró la sonrisa burlona en la cara de Koko cuando estudió sus propias cartas y supo que el chico estaba listo para ganarle.

Sin embargo, él no iba a dejarse así nada más, así que no dudó en lanzar sus cartas al piso fingiendo un bostezo.

— Ya tengo sueño.

La satisfacción en el rostro del pelinegro se desvaneció de forma irremediable y tuvo que contener las ganas de sonreír al verlo. De cierto modo la victoria era suya, por infantil que fueran sus acciones.

Se tiró a lo largo en el suelo, estirando cada una de sus extremidades y sintiendo sus músculos relajarse de a poco. Koko, por su parte, recogía la cartas con una evidente expresión enfurruñada, ordenándolas sin mucho cuidado antes de meterlas a su caja.

Seishu no contuvo su sonrisa esta vez, aprovechando su posición estiró uno de sus brazos hasta el chico y tiró de su camisa para atraerlo hasta acercarlo a su rostro.

— ¿Qué te pasa? — Preguntó con toda inocencia, como si realmente no supiera lo que el pelinegro estaba pensando.

Hajime ablandó su expresión al estudiar el rostro relajado y risueño de Seishu, no era habitual ese gesto en él, así que disfrutó la belleza de su cercanía.

— Iba a ganar. — Ni siquiera titubeó a la hora de decirlo, el rubio formó una perfecta "o" con sus labios que fingían sorpresa. — Estoy seguro que lo sabías.

— Claro que no, solo tengo sueño.

— Siempre haces lo mismo. — Koko entrecerró los ojos viéndole con incredulidad. — Ya no puede ser casualidad, no sé cómo te das cuentas.

Inui evadió el comentario envolviendo con sus brazos el cuello del contrario y acercándose hasta rozar sus labios que le correspondieron automáticamente.

Muchos de sus días últimamente pasaban así, ambos llegando cansados a su guarida, preparando algo de ramen instantáneo si es que no habían comido, jugando a las cartas o a algún juego de mesa que estaba por allí abandonado y finalmente una sesión de besos antes de irse a dormir.

Ya ni siquiera es importante cuándo empezaron todo esto o quién fue el primero en dar el paso, las cosas simplemente habían sucedido y unir sus labios resultaba absolutamente natural para ambos después de compartir tanto tiempo juntos. Su relación no tenía un nombre romántico, pero a Seishu le daba igual por el momento, no pensaba en nadie más que Koko de esa manera y está seguro que el chico tampoco. Sólo eran Koko e Inupi compartiendo las paredes de esa caótica guarida llena de objetos y buenos, pero antiguos recuerdos para el rubio.

La lengua de Hajime se abrió paso a acariciar la comisura izquierda de sus labios, delineando todo el borde antes de introducirse en la cálida boca que le esperaba deseosa, la lengua de Inupi saliendo a su encuentro hasta enredarlas con delicadeza. Entre besos, el cuerpo del pelinegro comenzó a dejarse caer de a poco hasta que pudo rozarse con el contrario, encajando sus piernas entre las ajenas. Ambos jadearon al sentir el roce de sus miembros a través de la ropa.

— Quiero hacerlo. — Koko apoyó su frente contra la del rubio, mirándolo fijamente, el deseo era evidente en su expresión seria.

Y no es como si las ganas de tener sexo fueran recientes, en realidad, Koko llevaba un largo tiempo con la frustración atorada. Amaba los besos con Seishu, pero llegaba un momento en que aquello ya no era suficiente y sin embargo no podía avanzar en su deseo de tocar el cuerpo contrario debido a las negativas del rubio.

Love Test - [Kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora