Sick Partner

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La nariz de Koko estaba roja, totalmente irritada ante la constante necesidad de sonarse los mocos; incluso el papel higiénico más suave terminaba lastimando su piel. De vez en cuando la tos se hacía presente debido a la picazón de garganta, también su voz a veces era gangosa y otra veces ronca.

Aún así, él no era un tipo dispuesto a quedarse en casa, estaba decidido a ir a trabajar como cualquier otro día.

Un resfriado no mataba a nadie.

O al menos de eso intentaba convencerse mientras ajustaba su corbata y la cabeza le punzaba.

Cuando caminó por el pasillo rumbo a la puerta, la voz de Inupi lo detuvo en seco.

— ¿A dónde crees que vas?

El rubio, usualmente tan inexpresivo, en esta ocasión se mostraba molesto.

— A trabajar Inupi, alguien tiene que traer dinero a este hogar. — Dramatizó. — Las croquetas de Tako no se compran solas.

— Por favor, no le eches la culpa al gato. — Seishu rodó los ojos. — No vamos a morir de hambre porque faltes unos días.

— No es solo Tako ¿En serio crees que alguien más va a reemplazarme en la empresa? Hay mucho que hacer, ya sabes...

— Basta Koko, el doctor dijo que debías reposar. — El rubio se atravesó frente a él extendiendo sus brazos para bloquear la puerta. — Anoche llamé a Mikey y dijo que podías tomarte el tiempo necesario para recuperarte.

El pelinegro entrecerró los ojos mirándolo fijamente en tanto apretaba el maletín en su mano. Su naturaleza trabajólica le dictaba que él era muy importante en su puesto y que nadie haría las cosas mejor, por lo tanto no podía darse el lujo de evadir su responsabilidad.

Seishu casi podía leer su mente y, odiaba recurrir a trucos sucios, pero no iba a permitir que el hombre al que amaba descuidara su salud de tal manera.

Así que con toda delicadeza entrelazó sus manos y bajó la cabeza con fingido pesar.

— ¿Es que no quieres quedarte en casa conmigo?

Koko no supo si se quedó sin aire por la impresión o el resfriado, a lo mejor ambas.

— Pensé que esta podía ser una oportunidad de que pasáramos tiempo juntos, ya que sueles estar tan ocupado. — Dijo con la mayor tristeza que pudo y suspiró. — Aunque estés enfermo quería cuidarte, pero supongo que será en otra ocasión.

Koko lanzó su maletín lejos y se apresuró en acercarse al chico para envolverlo en un apretado abrazo.

— Está bien Inupi, voy a quedarme. — Tosió un poco y aunque no quería se separó. — Pero no quiero contagiarte.

— ¿En serio? — Seishu lo miró con sus ojos claros iluminados. — No hay problema con eso, mejor ve a acostarte de nuevo.

Vió a Hajime tragar pesado.

— ¿Es necesario?

— Tuviste fiebre anoche y si sigues así va a regresar.

De hecho ya estaba afiebrado, Inupi podía ver su rostro rojo y al llevar una de sus manos a la frente del contrario sintió el calor abrasador contra su piel.

Aún así Koko tenía una mueca de disgusto en la cara.

— ¿Qué tal si te hago una sopa? Una vez comas y tomes tus medicamentos, podemos tendernos juntos. — Inui rezaba que sus palabras fueran lo suficientemente convincentes.

Y lo fueron, para Hajime era imposible decir que no a los ojitos suplicantes de Seishu, así que con toda obediencia fue a cambiarse la ropa por su anterior pijama y se recostó en la cama nuevamente.

Aunque quería esperar la susodicha sopa la verdad es que su cuerpo pedía a gritos seguir descansando y ni siquiera se dió cuenta del momento en que el sueño lo venció.

Cuando abrió los ojos otra vez y enfocó correctamente distinguió el techo de la habitación con confusión antes de recordar que estaba en casa. No estaba del todo bien, pero su cabeza ya no dolía tanto como hace momentos atrás.

Sobre todo porque sentía relajantes caricias en su cabello.

— Lo siento ¿Te desperté? — Seishu, acostado a su lado, lo miró.

— Mm no, no te preocupes. — Koko sonrió aun adormilado.

— ¿Te sientes mejor?

— Un poco.

Inupi se veía complacido.

— Me alegro ¿Quieres comer?

— No. — Se apresuró en contestar. — Quedémonos así.

Al ver que Seishu asentía se acercó hasta él para abrazarlo y acurrucarse en su pecho, rodeándose de su tibia piel y su familiar aroma.

"Debería resfriarme más seguido" pensó al sentirse tan cómodo.

Love Test - [Kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora