Nunca Saldrás de esto pequeña

Capitulo 29

-Maldición Roger...espero hables –dijo sin más saliendo de la casa.

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Damián descansaba en la habitación mientras Adam estaba enfadado hablando con su padre y con Gregori.

Adam abrió con fuerza la puerta mientras su padre lo detenía.

-Deberías calmarte, recibirás respuestas ¿Qué te cuesta esperar un poco?

- ¿Esperar? ¿Quieres que espere más? ...te dije que no era buena idea los recuerdos, pero tu insististe. Aun no habla sobre lo que sucedió y por más que lo intente nada viene a su mente.

-Puede que aún no resuelvas eso, pero si conseguimos destruir a los Sukov tendremos mucho más.

- ¿Por qué estás tan seguro de eso? ¿Qué te asegura poder destruirlos?

-Tu solo no te alteres y continua con el plan.

-Como sea –miro con desprecio a su padre y al girar para irse me miro - ¿Qué haces acá?

-Yo yo solo...estaba esperándote –mierda malinterpretará las cosas y no me creerá.

-No me creeré esa mierda... ¿Que tanto escuchaste?

-No escuche nada, acabo de bajar buscándote... quería saber si podíamos ir a tomar el sol como lo tenías planeado –me miro con incredulidad.

-Lo haremos –se acercó y tomando mi mano salimos hacia el patio –será lindo sentarnos bajo aquel árbol.

Seguimos caminando hasta llegar al enorme árbol junto a la casa, me hizo sentar y él coloco su cabeza encima de mis piernas.

-Acaricia mi cabeza, dame mimos como cuando éramos pequeños... estoy muy estresado con mi padre.

- ¿Qué hizo tu padre? –pase con cuidado la yema de mis dedos por su rostro.

-Cree que está haciendo bien las cosas, pero no es así... ¿Por qué ya no lo llamas papá?

- ¿Enserio me lo preguntas?

-Como sea yo tampoco lo llamo de esa forma ahora –seguí acariciando su rostro y pasando mis dedos por su sedoso cabello.

- ¿Por qué está haciendo las cosas mal?

-Si me hubiera hecho caso... no estaríamos envueltos en todo esto, no habría mentiras y yo ya tendría lo que buscaba.

- ¿Qué es lo que buscas exactamente?

- ¿Por qué tan interesada en lo que hago? –se levantó bruscamente dejando su rostro a centímetros del mío.

-Quiero saber si puedo ayudarte en algo –soltó una pequeña sonrisa agachando su cabeza.

-Estoy intentando desde hace tiempo que me ayudes.

-Nunca me has dicho nada –hable extrañada alejándome de él.

-Dime una cosa... ¿no has tenido sueños o recuerdos raros? –me miro con curiosidad esperando alguna respuesta en especial.

-No –si había tenido un corto recuerdo, pero no pensaba decírselo hasta saber por qué.

- ¿Estas segura?

- ¿Por qué debería recordar algo?

-Por nada –sonrió con dulzura y se acercó para darme un beso, eso fue como un golpe dentro de mi cabeza... otro recuerdo volvió a mi mente.

*-No tienes de que preocuparte Aliss – estaba en el mismo sitio, pero no era Adam era el mismo chico del recuerdo de la pizza –solo promete guardar muy bien el secreto.