𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬, spencer reid

Afterhours

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Créditos:  samuel-de-champagne-problems

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Estaba tan tranquilo en la parte trasera de la biblioteca que Spencer podía oír el chirrido de sus zapatillas en los pisos de linóleo. En ese momento, la biblioteca estaba generalmente desocupada. Sólo Spencer se quedó la mayoría de las noches. Prefería la biblioteca tranquila y grande en lugar de su congestionado apartamento. Por las mañanas, apreciaría la luz del día que brilla a través de las ventanas de pared a piso en el lado sur del edificio. Por la noche, le encantaba la tranquilidad de los clientes familiares y el personal.

Particularmente, cierto empleado de oficina.

A esta hora, las luces fluorescentes amenazaban con darle a Spencer un dolor de cabeza. Solía combatir esto bajando una o dos tazas de papel de café mediocre. Entre los casos de Gideon en la UAC y terminar su última disertación, es difícil encontrar tiempo para dormir. Por suerte, ese empleado está más que dispuesto a enseñarle una o dos cosas.

«Pareces exhausta», dice T/N, extendiéndose y presionando su mano a la cara de Spencer. Él se inclina en su tacto, incapaz de resistirlo, «¿De verdad estás durmiendo?»

«Un poco», dice Spencer, inclinando la cabeza con indiferencia, «Sólo ocupado entre terminar la escuela y empezar en la UAC. Da un poco de miedo si estoy siendo honesto»,

«Estoy seguro. Sólo quiero asegurarme de que duermes lo suficiente, eso es todo. Sabes que alguien muy inteligente me dijo una vez que operar con una falta significativa de sueño es tan peligroso como estar intoxicado», dices sonriendo.

«Bueno, es bueno que yo también esté intoxicado», dice Spencer, acercándose a ti entre los rangos. Él tiene tu espalda presionada contra las bahías, los libros están duros contra tu espalda y su aliento está caliente en tu piel, «A ti sí. No estoy seguro de si eso estaba claro. Estoy tratando-»

«Spence», se ríe, agarrando un puñado de su suave pelo, «No tienes que intentar nada conmigo. Ya me tienes»,

«Lo sé, T/N. Sólo me gusta encantarte»,

T/N cierra los ojos, apoyando su frente contra la frente de Spencer. Apenas rozándose los labios entre sí, Spencer se queja de la falta de contacto. Se lame los labios, sonriendo ante el entusiasmo de Spencer. «Relájate», T/N cierra la distancia. A pesar de que ha perdido la cuenta de cuántas veces lo ha besado, cada vez que lo besa es como la primera vez de nuevo. Sus manos están inquietas en su espalda. Arrasa la tela del cárdigan de T/N, desesperado por tocar más y más de ella. Su voz sale en zumbidos sin aliento de placer mientras sus labios arrastran su mandíbula. Sifonado una fuente de energía recién descubierta, empuja a Spencer contra la estantería y profundiza el beso.

«La biblioteca. T/N. Alguien. Alguien podría-»

«Nadie baja aquí. Sólo somos nosotros. Estamos todos solos», contesta, separándose para guiñar a Spencer mientras se quita las gafas de Spencer, poniéndolas en su bolsillo.

«Sabes, todas las veces que hemos hecho esto, creo que nunca he pensado en quitarme las gafas. Uno pensaría que lo haría, pero yo nunca-»

«Dios, Spencer», la maldición de T/N, cepillándose los labios duramente contra los labios con más pasión de la que ella pensaba, «Me encanta cuando divagas, pero realmente me gustaría que no pensaras en este momento»,

Spencer no contesta. En cambio, envuelve sus brazos alrededor del torso de T/N en un apretón. El susurro respiratorio de Spencer le envía escalofríos por la columna. Sus ojos son un fuego meloso que amenaza con tragársela entera. Desea tener la capacidad de ralentizar el tiempo. Ella querría dejar pasar este momento, con Spencer presionándola contra la estantería y contra él. Sintiendo una oleada de esperanza, decide ceder a la fuerza de la marea. Él la mantiene firme contra la bestia de ella, y sus labios te hacen señas.