𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬, spencer reid

Written in the Stars

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créditos:pherelesytsia

El día era demasiado largo y la noche demasiado corta. Incómodamente, el material del asiento se clavaba en su piel, moviéndose ligeramente a medida que las luces de la calle se abrían paso en la noche. Las luces de los vehículos que pasaban intentaban sacudir bruscamente a T/N del sueño, pero ni siquiera el suave timbre del teléfono de Spencer pudo sacarla del sueño que necesitaba después de pasar los últimos días, casi una semana de búsqueda de la mujer secuestrada. Spencer no descolgó el teléfono, lo silenció con un toque, quería llamar a JJ más tarde cuando pudiera hablar sin miedo a despertar a su novia, había sido testigo de las ojeras que tenía.

Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Spencer, mirando por el rabillo del ojo a su exhausta novia que roncaba suavemente y murmuraba entre dientes. Su chaqueta oscura descansaba sobre sus hombros, casi cubriendo su torso y haciéndola sonreír, haciéndole creer que no estaba en el coche sino en la cama del pequeño apartamento con olor a libros viejos, que siempre le recordaba a Spencer. Sentada al volante, Spencer no se sentía agotada, conducía el vehículo por las calles casi desiertas de la ciudad, concentrada en los vehículos y en las luces rojas intermitentes. Las estrellas se escondían tras la densa capa de nubes viajeras en tonos profundos.

Giró a la izquierda y luego detuvo el coche, saludó con una leve sonrisa al anciano que estaba detrás del grueso cristal y se adentró en el edificio. Las luces rojas y amarillas de las calles ya no bailaban. En silencio, Spencer exhaló al sentir su dolor de espalda y se dejó caer contra el asiento mientras dirigía la mirada a su novia. Con cuidado, Spencer apoyó su mano derecha sobre la de ella, acariciando cariñosamente su piel con los dedos, con la esperanza de despertarla, pero ni siquiera las cariñosas palabras que pronunció suavemente pudieron despertar a T/N de su profundo sueño.

"Hemos llegado a casa, amor. Ven, la cama será más cómoda". Spencer respiró suavemente.

"No, puedo dormir aquí". T/N protestó como un niño pequeño.

Spencer sonrió y se dio la vuelta para poder examinar completamente a su novia, viendo la expresión de infelicidad que se extendía por su rostro, riendo suavemente al notar que sus labios se formaban en una mueca, notó la expresión de infelicidad.

"Ven, te ayudaré cariño", se le escapó a Spencer.

No esperó respuesta y salió del coche. La luz de las lámparas encendidas le cegó, tuvo que cerrar los ojos un breve instante para acostumbrarse. En silencio, Spencer cerró la puerta, dejándola caer, mirando a T/N, esperando no haberla despertado bruscamente de su sueño. Spencer se fijó en los vehículos aparcados en el garaje subterráneo, escuchando y exhalando, sin sentir un par de ojos posados en él, pero volvió a mirar hacia fuera, sabiendo que no había nadie, sabiendo que los tasadores no dejarían entrar en el garaje a nadie que no viviera en el complejo de apartamentos. Spencer guardó las llaves en el bolsillo de sus pantalones oscuros mientras pasaba por delante del coche. Abrió la puerta, dejando que el frío viento primaveral entrara en el coche, haciendo que T/N se estremeciera, pero aun así no abrió los ojos, queriendo permanecer en el país de los sueños un momento más. Extendiendo la mano, se agachó y le quitó el cinturón tras quitarle la chaqueta de los hombros y colocarla en su regazo.

"Cinco minutos más, mamá. No voy a volver a la escuela. Ya soy mayor". susurró T/N.

Apretando fuertemente los labios, Spencer rió suavemente a través de sus labios comprimidos, cubriendo la mitad de su cara con la mano extendida, tapándose los labios con la palma, observando a su novia. No dijo nada, rodeó a T/N con sus brazos y la levantó lentamente, sin querer despertarla. Rápidamente, Spencer le dio la espalda al coche, cerró la puerta con el pie y pulsó el botón para cerrar el coche. Su corazón le pertenecía a ella. Suavemente, Spencer apretó a T/N contra su pecho, la dejó sonreír en un profundo sueño y la llevó a través del garaje casi desierto, escuchando sus suaves protestas que se extinguían lentamente.

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