𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬, spencer reid

come closer

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Créditos:literaila

tu piel es suave cuando spencer la roza con las yemas de los dedos. suave al tacto, maravillosamente imperfecta e impactante, y todas las cosas que spencer admira, incluso en la oscuridad de la noche.

siente que los nervios de sus dedos reaccionan ante la mera idea de tu piel.

siente el calor que desprendes... aunque no debería porque estás plácidamente dormida. porque tu piel debería estar más fría de lo normal, más áspera de lo habitual.

Y Spencer no debería estar realmente despierto.

pero lo está. y tú no lo sabes.

no sabes nada de las noches que se queda despierto, tumbado contigo porque te has negado a irte a la cama sin él, escuchando tu respiración tranquila y sintiendo cómo se te pone la piel de gallina.

no sabes de sus miradas, de cómo tu cara se curva y concava a la luz de la luna, y de cómo no te despiertas si la lámpara de la mesilla está encendida.

si spencer está leyendo porque incluso para él, hay noches en las que tu canción de cuna no puede arrullarlo.

hay noches en las que no duerme en absoluto.

Tú no sabes nada de esto.

Spencer lo prefiere así. Prefiere mantener su inquietud en secreto.

Le gusta observarte sin hacer el ridículo.

Y disfruta acostándose a tu lado, aunque haya centímetros de distancia.

Pero ahora -en esta noche en particular en la que Spencer aún no se ha dormido- es algo más que tu delicadeza lo que lo mantiene despierto. o, corrección, lo despierta.

Porque no deberías estar sudando en mitad de la noche.

el apartamento tiene aire acondicionado, y spencer está demasiado condicionado a la certeza de que dormirás lo suficiente. ha leído todos los estudios, lo sabe todo sobre el ambiente perfecto para las ocho horas necesarias que necesitas.

y baja la calefacción justo antes de que te vayas a la cama.

Así que, cuando Spencer se despierta -prefiriendo ignorar su propia frialdad para tu comodidad-, deslizando una mano para alcanzarte, como hace la mayoría de las mañanas, su primer pensamiento es que podrías estar enferma.

Su mano es suave cuando se inclina sobre ti, presionando su palma sobre tu frente.

y estás caliente. siempre estás caliente. pero no tienes fiebre.

Spencer se levanta y abre los ojos de verdad.

Sigues durmiendo. Tu cara está perfectamente calmada, sin ninguna emoción... además, por supuesto, del pequeño surco entre tus cejas. pero eso es normal.

Spencer te pasa otra mano por el brazo.

Tardas un momento en darte cuenta de que en realidad no tienes tanto calor.

Spencer sólo tiene frío.

Eso tiene sentido entonces. 

se vuelve a acostar, echando otra mirada a tu cara, una mirada al reloj, y decidiendo que debe volver a dormir.

sus ojos se cierran.

pasa un momento.

Spencer se vuelve a sentar, dándose cuenta, tal vez justo ahora -aunque debería haberlo hecho hace unos tres minutos-, de que su lado de la cama está completamente desnudo.