𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬, spencer reid

Best Friends

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creditos: @/ boldlyvoid

Actualmente había dos cosas que a Spencer le
encantaban

drogas

Y su distribuidor.  

Ha estado sobrio durante años, al menos desde Dilaudid. Todavía fumaba hierba cada vez que tenía un largo descanso del trabajo. Como meses libres obligatorios, cuando podía relajarse entre conferencias y estar bien fuera de su sistema antes de su próxima prueba de drogas en el trabajo. 

Ahora, sin embargo, no trabaja para el FBI y vive en un estado donde la hierba y los hongos son muy legales. Así que se permitió disfrutar de la euforia natural que brotaba de este planeta. Lo ha recompensado con paz mental, libertad para ser él mismo y un verdadero disfrute de la vida nuevamente. Por extraño que suene... 

Penélope lo sabía, solo porque era su compañera de cuarto y supervisó la microdosificación cuando comenzó. Se divirtió mucho con Spencer, vieron películas y pidieron demasiada comida, era la mejor parte de vivir en Los Ángeles con ella. 

No le costó mucho convencerlo de que se mudara allí, le costó aún menos convencer a su madre para que aceptara volver al sanatorio en Las Vegas. Incluso sus médicos coincidieron en que volver a ese ambiente donde viven la mayoría de sus recuerdos sería bueno para su Alzheimer. Y el doctor Norman está encantado de tenerla de vuelta. 

Ella no tiene idea de que él alguna vez haya tenido un problema con las drogas, ni que haya comenzado a tomar otras recientemente, pero no es como si recordara si él se lo dijera. De hecho, era un alivio saber que podía confiar en la Dra. Norman, no tenía que preocuparse por ella y las drogas también le permitían escapar de cualquier preocupación residual.

"7 minutos", se recuerda a sí mismo mientras enciende un porro en su balcón. Cierra los ojos mientras toma una calada, la inhala profundamente y la mantiene allí durante un minuto, la suelta hábilmente y ya se siente más ligero. 

"¿Fuiste a la tienda de hierba, otra vez?" Penélope lo regaña desde la ventana abierta de la cocina, lavando los platos mientras lo ve fumar en el balcón. 

"Sí", responde antes de dar otra calada, levantando las cejas con descaro, con una bocanada de humo agrega: "ella trabaja los jueves". 

"¿Pero no sabes su nombre?" 

"Lo sé ahora", Spencer saca el recibo de su bolsillo. "Normalmente no recibo un recibo físico, obtengo la copia por correo electrónico, pero esto dice que T/N me cobró".

"Sí, eso les queda bien", coincide Penélope. "¿Quieres que haga una búsqueda inversa de su nombre y la tienda de marihuana y vea si puedo encontrar su Facebook o insta?"

"¿Quieres que llame al agente Jareau sobre un caso de acoso?" Él replica.

"Sí... no, tienes razón, eso no suena bien", está de acuerdo. "Deberías hablar con ella un poco... ¿quizás la próxima vez que entres puedas hablar con ella sobre cambiar a una pipa en lugar de pre-rolls? Si ella te está ayudando, es fácil decir '¿estás libre para tomar un café?'".

"Lo que voy a decir después de eso es lo que aún no he descubierto", le recuerda. "Hola, soy Spencer, soy virgen de 42 años, profesor de ingeniería y ex agente del FBI con una larga lista de traumas y 3 meses de prisión en mi haber. ¿Quieres salir conmigo? Sí, eso funcionaría perfectamente.