Lavandas

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TW: Homofobia. ❗

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El día tan esperado por todos había llegado: mi coronación.

La mañana había comenzado como estaba marcado según los pronósticos del clima. El cielo estaba tapizado por nubes que tapaban el sol de forma que era agradable estar fuera de casa, el clima era perfecto: no era frío ni caluroso; todas las flores tenían un aspecto saludable y vivaz, mucha gente había llegado al reino en los dos días anteriores y todos estaban emocionados por la noticia de que podrían entrar a las inmediaciones de la capilla para poder ver parte de la coronación. Todos los invitados importantes debían estar en el lugar de la ceremonia para este punto, todo era perfecto.

Desde que la urticaria había aparecido en mi piel suave y perfecta, mi hermosa prometida había comenzado un tratamiento especial que contenía masajes con extracto de lavanda, vainilla y rosas. De vez en cuando usaba pañuelos húmedos y fríos empapados en agua de rosas para bajar la hinchazón. Sus cuidados comenzaban a dar frutos y muy pronto mi piel volvió a la normalidad, ella no detuvo los masajes para asegurarnos de que ese horrible sarpullido no volvería a atormentarme.

Toda esa rutina había hecho que las peleas entre Viktoria y yo disminuyeran en gran medida. Nuestra relación se había estrechado y ahora tenía la necesidad de ser más cariñoso y detallista, la había llenado de regalos, pero ella siempre los donaba a caridad. No podía enojarme por esa decisión, su corazón era bondadoso y no podría reprochar eso nunca.

La debilidad que me aquejaba esas últimas semanas aún estaba presente; sin embargo, se iba disipando conforme los días pasaban y a este punto era casi nula la incomodidad de estar cansado todo el tiempo. Esa sensación de energía sólo daba pie a que mis pensamientos sobre Emma White fueran todos optimistas, no se decepcionará cuando la tuviera a mi merced.

***

El gran espejo frente a mí me permitía apreciarme en mi máximo esplendor. Tenía toda la indumentaria necesaria para mi coronación, estaba lleno de capas de tela, pero eso lejos de incomodar o de limitar mis movimientos me hacía sentir superior y me emocionaba. Mi momento había llegado.

—¿Dónde está la capa real? —cuestioné con irritación. Habían pasado más de cinco minutos, y estar sin esa parte tan importante de la indumentaria me hacía sentir incompleto.

—Estará llegando dentro de unos momentos su majestad, lo lamentamos mucho —respondió uno de los ayudantes.

Suspiré y puse los ojos en blanco. Pocos segundos después entraron dos hombres con la capa en mano.
Sonreí cuando los ayudantes comenzaron a envolverla en mi cuello y la ordenaron a los costados. El fino terciopelo de color amarillo caía como una cascada de monedas de oro alrededor de mí, me hacía ver imponente y no podía esperar a que el reino entero me viera, pero tenía que esperar un poco más de tiempo.

La capa estaba decorada por los bordes con el escudo del reino, la silueta de las lavandas eran de color azul rey. De ese mismo color azul estaban hechas las serpientes entrelazadas en forma de una "K" mayúscula, éstas estaban situadas en cada una de las cuatro esquinas de la capa. Aseguraron la capa y similares con un broche de plata con diseño de lavanda que simulaba la forma de una serpiente con ayuda de las hojas y pétalos.

Las serpientes se habían convertido en símbolo nacional luego de que uno de mis ancestros domesticara más de cien de ellas y las tuviera en el palacio como sus mascotas.

Malas Tentaciones [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora