—ayer te fuiste sin despedirte— dice Casper cuando fui a verlo en la mañana.
—no me dio tiempo, tuve muchas cosas que hacer— emtrecierro los ojos.
—debe ser, ni siquiera el doctor Núñez volvió. ¿Por qué todos me dejan solo?
—Núñez tiene muchísimo trabajo, por eso no puede estar mucho tiempo contigo. ¿Y tus familiares?
—Mi madre tiene que trabajar y mi padre ya no está conmigo, lo mató esta misma enfermedad.
—qué lastima, lo lamento muc. ¿No tienes hermanos?
—no, y ni mis abuelos quieren verme.
—pues por el momento yo seré tu familia— le regalo una sonrisa.
—¿de veras?
—por supuesto. Quiero ser una buena doctora y para lograrlo necesito ganarme a mis pacientes.
—y lo estás logrando— sonríe amplio.
—¿Cómo te sientes hoy?
—un poco cansado, la verdad. Pero ya se me pasará.
—¿por qué estás tan seguro?— saco mi estetoscopio y empiezo a auscultarlo.
—porque así pasa— guarda silencio mientras escucho su corazón.
—¿ya comiste?— me cuelgo el estetoscopio alrededor del cuello.
—no tengo hambre— anoto eso rápidamente en mi bitácora.
—tienes que comer, tu sangre necesita nutrientes.
—pero no tengo apetito.
—aunque no lo tengas. Ordenaré algo para ti. No te prometo si volveré porque tengo clases.
—está bien, me hizo bien tu compañía.
Me ruborizo un poco y salgo de ahí para hablar por él en el comedor.
Busco a Sandrine y nos vamos a la universidad para tomar el resto de las clases.Volví a casa un poco más temprano y me puse a investigar sobre la enfermedad de Casper.
Descubrí cosas muy interesantes y quise saber más y más.—¿qué haces? — Courtney viene a verme.
—leo sobre talasemias.
—¿tienes un paciente con eso?
—sí y quiero saber todo lo que pueda.
—suerte con eso. Ahora ven a cenar porque ya es tarde— me levanto y vamos al comedor.
Al día siguiente, voy a ver a Casper pero esta vez estaba recibiendo otra transfusión.
—¿qué ocurrió?— le pregunto a Núñez.
—su hemoglobina bajó demasiado. No pone de su parte; al no comer lo empeora todo.
—es que su estado de ánimo tampoco lo ayuda. ¿Nunca ha venido a verlo su familia?
—solo he visto a su madre un par de veces. ¿Cómo sabes que es así?
—por lo que él me contó no me queda ninguna duda.
—Alissa, trata de no relacionarte mucho con los pacientes. A muchos de ellos no los volverás a ver.
—pero lo necesitan, yo no me pienso quedar sin nada que hacer por ellos.
—esa actitud te traerá problemas.
—no lo creo, los pacientes son personas, no enfermedades andantes— me doy la vuelta y regreso a la estación de enfermería.
Busco entre los expedientes y encuentro el de Casper. Lo leo detenidamente y apenas había sido diagnosticado con esa enfermedad.
—¿te interesan mucho los pacientes, verdad? — escucho a la doctora Moreau.
—ay... No sabía que estaba aquí— cierro la carpeta con pena.
—no te preocupes, ¿Qué estás haciendo? — ve mis manos con la carpeta. —¿te interesa la talasemia de Casper?— escribe algo.
—sí, se me hace un caso extraño para su edad.
—a todos en realidad. Casper es un caso especial.
—se ve que lo quiere mucho.
—es un chico que está solo. Su madre no lo visita porque no puede soportar verlo sufrir todo el tiempo.
—¿se va a recuperar?
—yo espero que sí. Todavía es muy joven.
—lo es— suspiro.
—¿te gusta la hematología?
—hasta ahora sí me ha gustado lo que veo.
—deberías escogerla como especialidad. A veces vemos grandes milagros con las personas.
—lo consideraré— le sonrío.
Me despido pues ya era hora de ir a la universidad como de costumbre.
—espera, Sandrine— le digo a mi amiga.
—¿qué ocurre? — ella se detiene.
—tengo que ir a ver a mi paciente.
—te acompaño— empezamos a caminar rumbo a la habitación de Casper. Él tenía los ojos cerrados, probablemente estaba agotado por la transfusión.
—¿él es? — pregunta Sandrine.
—sí, tengo que revisar unas cosas— entro y ella se queda afuera.
—pensé que ya no volverías— dice él y me sobresalto.
—y yo pensé que estabas dormido— río leve.
—me despierto muy fácilmente, pero no me molesta que hayas sido tú— sonríe.
—eres muy listo— le doy un pequeño golpecito y reímos. —ya me tengo que ir, quizá te vea mañana.
—claro, tienes clases. Ve, no te preocupes.
—hasta luego.
—adiós.
Salgo y empezamos a caminar con mi amiga.
El doctor de la facultad nos dijo que rotaríamos un mes en cada servicio y eso me puso triste pero feliz a la vez pues iba a dejar a mis pacientes de hematología pero conocería otros de los demás servicios.
Llegué a casa y ahí estaba Dominique con su mejor amigo Chase. Él no me agradaba en lo más mínimo pues era un economista engreído que creía que podía tener a todo el mundo a sus pies.
—buenas noches— saludé a mi hermano con un beso en la mejilla y a él le extendí la mano.
—¿a mí no me toca beso?— dice con tono burlón.
—¿como por qué? Si ni mi familia eres— hago un gesto de desagrado.
—pero ya sabes que quisiera— me guiña.
—no digas estupideces— lo veo seria y luego dirijo la mirada a mi hermano. —tengo mucho que hacer, te veo después.
—claro, Alissa.
Me retiro y voy a mi habitación para empezar con toda la tarea que los doctores me encargaron.
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Los Colores de Alissa y Casper
Teen Fiction¿Quién dijo que el amor no puede nacer en cualquier lugar? ¿Quién dijo que es imposible? Esta es la historia de Alissa y Casper. Un par de jóvenes que se conocen gracias a la rara enfermedad de Casper. Alissa, una joven estudiante de medicina y Casp...