-Wanda-
Despierto antes de que mi alarma suene de nuevo levantándome de la cama para poder tomar un baño rápido unos minutos antes de despertar a Peter para llevarlo a la guardería casi al otro lado de la ciudad, salgo de mi habitación lista con mis cosas para la escuela dirigiéndome a la sala en donde encuentro a mi madre dormida sobre el suelo de la sala con la televisión encendida, un suspiro involuntario sale de mis labios cuando me acerco a ella para poder levantarla de esa posición incómoda y poder llevarla a su habitación.
Mamá. - la llamo moviendo un poco su brazo escuchándola suspirar.
Qué sucede cariño. - preguntó tallando sus ojos con calma, adoraba cuando mi madre estaba sobria y no se convertía en la bruja del cuento de Peter.
Vamos, te llevaré a tu habitación. - la tomé en brazos sintiendo sus brazos enredarse en mi cuello.
Qué hora es. - preguntó con su cara escondida en el hueco de mi cuello.
Las cinco de la madrugada, te dejaré dormir un poco más. - respondí abriendo la puerta de su habitación con algo de dificultad.
Gracias cariño, ten un lindo día en la escuela. - dejo un beso en mi mejilla cuando la deje sobre su cama.
Descansa mamá. - deje un beso en su cabello escuchando una pequeña risa en la puerta.
Buenas noches mami. - escuche la voz de Peter a mi lado sujetando mi pantalón de mezclilla.
Ten buen día Pet, se bueno en la escuela amor. - sonrió mamá abriendo sus brazos para él.
Mi madre podía ser una persona nefasta cuando consumía alcohol, sin en cambio cuando ella no lo consumía era la madre más amorosa del mundo, una mujer que se preocupaba por sus hijos y les daba todo el cariño que necesitaban, yo sé lo difícil que es dejar algo a lo que eres adicto o lo tomaste como una tarea rutinaria, pero se que con un poco de ayuda ella podrá salir de ese problema como yo lo hice al darme cuenta de que no solo arruina mi vida si no la vida de mi pequeño hermano que no se merecía vivir entre todo el desastre que es nuestra pequeña familia.
Salí de la habitación cuando mire a mi pequeño hermano reír entre los brazos de nuestra madre que dejaba besos en su cabello largo -debo llevarlo a que se lo corten- deje la puerta medio abierta para escuchar si mi hermano me necesitaba mientras yo me dirigía a su habitación para poner la ropa que ocuparía hoy sobre su cama y las cosas que necesitaba para la guardería que su profesora amablemente me había mandado en una lista para la pijamada que hoy tendrían en el lugar.
Estás emocionado, pequeño extraño. - pregunte acomodando la capucha de su mameluco de dinosaurio, era una mañana bastante fría.
Mucho, mamá me dio diez. - alzó el billete mostrándome todos sus dientes blancos.
Qué bien pequeño, pero esos son cinco dólares. -reí tomando su mano para caminar por la acera cercana a la guardería.
Es que le di cinco a la señora de las pulseras del metro, me dijo "Dios te lo pague siempre mi caballerito". - murmuró con sus mejillas sonrojadas, mi pequeño hermano era demasiado dulce para esta tierra.
Compartir con los que lo necesitan está bien caballerito. - me agache a su altura cuando estuvimos cerca de la entrada.
No me digas así Wanda. - se cruzó de brazos con un puchero.
Osea que solo tu novia puede. - pregunte molestando un poco al pequeño frente a mi, no negaré que la chica del metro no era una mujer fea y tampoco tan grande.
La vida algunas veces nos pone en lugares difíciles tras perder todo lo que tenemos.
Para. - se río con la cara como un tomate haciéndome soltar una carcajada.
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Privilegiados
Fanfic-Te odio por que eres todo lo bueno que me ha pasado en la vida -Entonces es un si o mejor me bajo del tejado de tu casa antes de que algo malo pase estando aquí -Pero lo que más odio de ti es tu manera tan estúpida de demostrarme lo tanto que pue...