-Wanda-
Sonrió pasando mi dedos por los trazos en la hoja de la libreta sobre mi regazo, tomando otro de los colores de madera a mi lado para darle más color al dibujo plasmado en aquella hoja gruesa, acomodándome de mejor manera sobre la alfombra de color blanco en la que me encuentro sentada antes de alzar la mirada, señalando con la mirada el recipiente con caramelos de la mesa de centro que la mujer empuja hacia mi, tomando uno de aquellos dulces de envoltura roja y llevarlo a mis labios disfrutando su asombroso sabor a cereza.
Dejando la envoltura en el bolsillo de mi saco regresando de nuevo mi atención al dibujo.
Quisieras hablar de Natasha. -pregunto la castaña acomodándose en su silla.
Oh sí, nuestra hija fue dada de alta hace una semana y la llevaron a casa de los padres de Natasha en donde han estado viviendo estos últimos meses. -Tome otro color de la caja.
Y has hablado con ella estos días. -pregunto acomodando sus lentes sobre su cabeza.
No tanto como quisiera, con la denuncia que se levantó contra Barnes, sus padres le están pagando citas con un psicólogo para tratar todos aquellos problemas con los que estuvo arrastrando, entre eso, el cuidado de nuestra hija y sus visitas al médico no hemos tenido mucho tiempo, termina cansada y casi todo el día de la pasa en cama, pero hoy la iré a ver a la casa de sus padres. -sonreí recordando el mensaje que recibí esta mañana.
Es bueno que ella también comience a tomar terapia Wanda, si dices que las dos quieren comenzar de nuevo deben de estar estables para eso, comenzar a avanzar y no quedarse estancadas en cosas que no son del presente. -dijo mientras anotaba algunas cosas.
Lo mismo me dijo mi familia. -Me encogí de hombros dejando de lado mi dibujo.
Es lo mejor para ambas. -levantó la vista en su libreta para mirarme fijamente.
Espero que sí. -susurre perdiéndome entre los adornos del mueble de atrás de ella.
Y no mentía al decir que eso era lo que todos a los que considero familia me han dicho.
Por que desde aquella noche en que llegue a Italia completamente sola, con un aspecto de un perro callejero (según las palabras de Marie), mi maleta en una mano y los pedazos de mi corazón en la otra, mi familia me recibió con los brazos abiertos tomando aquellos pedazos de mi mano para comenzar a pegarlos poco a poco, aceptando al fin esa ayuda de las que muchas veces me habían hablado las personas a mi alrededor para comenzar a tratar todos aquellos fantasmas con los que estuve cargando, convirtiéndome en una mejor persona que paso a paso iba iniciando de cero para dejar de ser aquella Wanda que dejaba que las personas la pisotearan por solo unas cuantas migajas de amor.
Comenzando a llevar citas psicológicas para tratar todos mis problemas, dejando de nuevo todos aquellos vicios que había retomado tras mi platica con Natasha en su departamento, iniciando con una desintoxicación para dejar el alcohol, los cigarrillos y las pastillas para dormir que había comenzado a consumir sin ningún control, volviendo a comer como tanto amaba hacerlo y sobre todo volviendo a ser yo de nuevo.
Estos meses logré ser la Wanda que había dejado de ser por una mujer que solo me hacía más daño de lo que decía ayudarme para ser mejor cuando solo era una niña.
Siento que mi madre estaría orgullosa de los logros que he alcanzado estos últimos meses.
Dorogoy 💟: Estoy en tu pastelería favorita, ¿quieres algo?
Mande el mensaje cuando me estacione fuera de aquel pequeño local que le gustaba
Nat 💖: ¿Qué haces en ese lugar ?
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Privilegiados
Fiksi Penggemar-Te odio por que eres todo lo bueno que me ha pasado en la vida -Entonces es un si o mejor me bajo del tejado de tu casa antes de que algo malo pase estando aquí -Pero lo que más odio de ti es tu manera tan estúpida de demostrarme lo tanto que pue...