dekaeptá.

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—Todo lo que habéis aprendido hasta ahora ha sido para asegurar vuestra supervivencia—comenzó el instructor cuando todos los reclutas estaban dentro de la sala, sentados en las mesas alrededor a él.

Vestido con un traje gris oscuro que había complementado con una camisa clara sin corbata y cuyos primeros botones no había cerrado, se pavoneaba por la estancia con parsimonia, juntando las manos como si estuviera rezando, mientras les hablaba de las varias tácticas que les habían enseñado hasta el momento.

» Estamos de acuerdo en que proteger vuestra vida es algo primordial pero siendo agentes activos debéis estar conscientes de que algún día vais a tener que acabar con la de alguien.

La pantalla que había en el centro del escenario sobre el que el instructor jefe sentaba catedra se encendió, enseñándoles la imagen de un dron armado. El instructor les explicó que se trataba del arma más mortífera del arsenal de naves no tripuladas, poniéndoles el vello de punta tanto a Victoria como a Cordelia.

» Matar es un acto deliberado. Se calculan los riesgos, se valoran las opciones y se escoge. Muchas veces será una decisión acertada pero también existe la posibilidad de cometer un error, de matar a un inocente y tenéis que aprender a vivir con ello. Con las consecuencias de ese acto. La cuestión aquí es... ¿Podéis? Son dichas consecuencias las que nos atormentan después de tomar la decisión, la acción es un segundo pasajero y nada más.

» Hoy vamos a saber cuántos de vosotros poseéis el valor de enfrentaros a vosotros mismos.

—La decisión de lanzar un ataque con drones para matar a un OAV u Objetivo de Alto Valor nunca debe tomarse a la ligera—continuó la asistente del instructor—. Antes de lanzar un ataque, los protocolos de la CIA exigen satisfacer siete criterios diferentes entre ellos.

—Os vamos a dividir en equipos de tres para que cada grupo examine cada uno de los criterios y decidirá si el ataque con drones debe ser autorizado. Los siete equipos deberán estar de acuerdo para proceder con la operación.

La asistente junto con otros dos monitores responsables, comenzaron a repartir cajas de archivos por las mesas de los reclutas. La asistente los fue señalando y uno a uno para después indicarles una caja con el dedo, repartiéndolos de forma alfabética.

Victoria y Cordelia terminaron en equipos distintos debido a que Cordelia no pretendía cambiarse el apellido y Bestack y Laviscount no estaban precisamente cerca en el abecedario.

» Este caso que vais a estudiar, ocurrió en 2011. Demos un paseo por la Avenida de la Memoria a antes de la destrucción de Alepo. Primera pregunta: ¿hay fundamento legal para el ataque?

La clase fue avanzando mientras los grupos revisaban documentos como locos. Tan solo el ruido de los murmullos de unos y otros se podía escuchar por la sala, acompañado del inconfundible sonido del papel siendo movido de un lado para otro. Aquella lección era la más dura que habían tenido que enfrentar hasta ahora. ¿Matar o no matar? Ahí estaba el dilema moral que debían ser capaces de sobrepasar y actuar de la forma más lógica posible, sin que el corazón les moviese un pelo.

El equipo que llevaba la base legal expuso que el objetivo no residía ni operaba dentro de la OTAN y que los crímenes cometidos, incluían la ejecución de periodistas estadounidenses por lo que por su parte, debían matar.

El siguiente equipo, el de Victoria, se encargaba de las bajas colaterales y explicaron que el jefe de la amenaza apenas se rodeaba de civiles y que por tanto, no habría ninguna baja que no fuese el objetivo como tal.

Otro de los equipos, tendría que plantearse si hacer una captura sobre el terreno sería o no posible. Eligieron a un vocero y este contó que sería un no rotundo ya que el recinto donde se guarecían estaba muy bien protegido, hasta tal punto que se podría considerar incluso impenetrable.

The Grimmest DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora