Capítulo 2

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Me incorporé de un salto y miré a todas partes pero no podía ver nada, estaba demasiado oscuro. Me puse de pie y fui a prender las luces para ver a quien sea que estuviera en mi habitación y partirle el trasero de una patada por haberme despertado, pero una vez hecho no encontré a absolutamente nadie, ni en la habitación, ni en el baño, ni siquiera en el pasillo.

Mis padres no llegaban a casa aún y ya eran las dos de la mañana. Bufé y bajé a la cocina molesta por no haber podido dormir aún, además la preocupación de estarme volviendo posiblemente loca me daba hambre.

Y ahí estaba yo bajando a prepararme un bocadillo de media noche cuando vi a un chico extraño sentado al final de las escaleras. No grité. Pero me sorprendí demasiado. No estaba asustada. Estaba molesta.

Terminé de bajar el trecho de escaleras que me separaban de aquel extraño y rubio chico. Me paré en frente de él y esperé a que me mirara a los ojos.

-¿Quién demonios eres?¿Qué haces en mi casa?¿Cómo entraste? - Hice esas preguntas rápidamente sin darle chance a responder. Al principio pareció algo desorientado, seguramente por las preguntas, luego sacudió levemente la cabeza y se puso de pie y me sonrió. Lo único que puedo decir es que es el ser humano más perfecto que había visto.

-Soy Tate, vine a darte la bienvenida al barrio, somos vecinos y entré por el sótano.

-Oh, bien... ¿Sabes que no se debe entrar a las casas sin que el dueño lo sepa? Es ilegal. Además no puedes aparecer en casa de tus vecinos con esa excusa a las dos de la mañana.

-Lo lamento, pero siempre me gustó esta casa y como antes vivía aquí sé exactamente todo sobre ella incluyendo como entrar cuando todas las puertas están cerradas. Lamento si estabas ocupada, no me dí cuenta de la hora.

Bufé. Quería irme a dormir pero por algún extraño motivo no quería que Tate se fuera.

-Alessa - dije extendiendo mi mano puesto que él aún no sabía mi nombre y no parecía tener nada más que decir. Ensanchó su sonrisa mientras tomaba mi mano.

-Así que... ¿Antes vivías aquí eh? - dije mientras me sentaba a su lado en las escaleras.

-Ehhh, sí, es una larga historia, no quiero aburrirte. El plan es causar una buena impresión.

Me reí, aunque no era muy gracioso me causó risa, lo cual era poco usual porque nadie estaba molesto o sufriendo de ninguna manera y esas son las dos únicas cosas que enserio me causaban gracia.

-¿Qué clase de plan tienes en mente?

-El plan consiste en: conocer a la vecina, causar una buena impresión y...

En ese momento las luces de un auto se vieron a través de la ventana. Mis padres llegaron. Mierda.

No es que me esfuerce por cumplir las reglas pero no me encontraba de humor como para escuchar a mi madre gritar estupideces que a nadie le interesan. Giré y vi a Tate con urgencia en la mirada.

-Me voy por donde vine, espero verte pronto Alessa.

Asentí y me quedé mirándolo hasta que me aseguré de que había desaparecido a través de la puerta del sótano.

Cuando mis padres entraron se me quedaron viendo y preguntaron que hacía parada en medio del pasillo a esas horas, me encogí de hombros como respuesta y subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi habitación.

Apagué todas las luces y me metí en cama. El misterio de la voz seguía sin resolver, porque Tate no tiene una voz de chica y además no parecía bastante desorientado.

Cerré los ojos y su imagen se me vino a la cabeza. Su cabello rubio, sus ojos perfectamente negros y su adorable sonrisa adornada de hoyuelos. Basta, Alessa, compórtate, recuerda que es un ser humano y tú los odias a todos.

¿O no?

Tal vez haga una excepción con él.

Aún seguía cansada la mañana siguiente, o bueno casi medio día, pero mi cuerpo sentía que no había dormido lo suficiente aún.

De todas formas me levanté de la cama y me vestí con unos pantalones negros, una camiseta blanca, una chaqueta de jean y unos botines negros. Me maquillé como siempre, delineador negro básicamente, dejé mi cabello tal cual había amanecido y bajé a desayunar. En la cocina solo se encontraba Moira, quise girar y salir de la cocina pero fue demasiado tarde, ella ya me había visto.

-¿No va a desayunar señorita Black? - suspiré, a lo mejor debería ser amable, digo, no creo que sea mala.

-No gracias Moira ¿Mis padres salieron?

-Como hace una hora

-Bien, gracias. - dije mientras me dirigía a la puerta principal

-¿Señorita Black?

-Dime Alessa Moira, me incomodan las formalidades.

-Como usted quiera Alessa, solo iba a sugerirle que tenga cuidado, es un barrio... peligroso.

Dicho esto se dio la vuelta y siguió limpiando mientras yo me quedé mirándola. ¿Se refería a Tate? ¿A caso lo había visto entrar? ¿Sería peligroso? Sólo sabía una cosa sobre Tate, que si era peligroso o no me importaba una mierda, sólo quería volverlo a ver.

Seguía algo abrumada cuando abrí la puerta para salir de la casa pero había alguien esperándome en la puerta.

-Hola Alessa, decidí venir a tocar la puerta - dijo animado, yo me reí.

- Que considerado eres - dije siguiéndole el juego. - Iba de salida, ¿quieres ir o...?

-¿Podríamos quedarnos aquí? Se supone que no debo ir muy lejos, mi madre podría enfadarse.

-Oh, bien como quieras, pasa.

Fuimos al patio trasero y nos sentamos en el césped.

-¿Fumas?-dije mientras le ofrecía un cigarrillo. Él se limitó a asentir y tomar lo que le ofrecía acercándose un poco más cuando le ofrecí fuego.

-Eres todo un afortunado, Tate.

-¿Ah sí?¿Puedo saber por qué? - dijo con el ceño fruncido.

-Eres de las pocas personas que tienen el placer de disfrutar de mi compañía.

-¡Qué honor!- seguimos conversando hasta que me llamaron mis padres y él se tuvo que ir.

No quería que se fuera, él tenía ese algo que a todas las demás personas les faltaba, no sabría decir qué es... pero lo tiene... y sea lo que sea, hace que quiera pasar cada minuto del día con él. No sé que me pasa. Normalmente ni siquiera quiero pasar tiempo conmigo misma...





Holaa!! Segundo Capítulo ;) Subiré el siguiente con seis votos y dos cometarios si? Gracias por leer... síganme en twiter @TateLangdon98 ahí pasaré algunas cosas de la novela también... Besos



Eternity|| Tate LangdonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora