Capítulo 20

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-Creí que no podías salir de la casa... - pregunté confundida una vez que estuvimos fuera del edificio de Ashton.
Tate giró sobre sus talones y me miró a los ojos esbozando una pequeña sonrisa.
-No puedo - dijo sin dejar de sonreír - Ninguno de los fantasmas de la casa puede... excepto... excepto en Halloween.
Asentí con la cabeza y seguí caminando por las calles al lado de Tate.
-Alessa, necesito pedirte algo... -Lo miré alentándolo a seguir. - Necesito que te quedes siempre conmigo. Haces que el estar encerrado en esa casa deje de importar. Me vuelves mejor persona, Alessa...
Pensé unos segundos en lo que Tate me decía.
-Me quedaré contigo siempre - dije en un susurro - siempre y cuando no me des motivos para marcharme.
Suavemente jaló de mi brazo y me abrazó dulcemente.
Le devolví el abrazo sonriendo. Me sentía muy a gusto entre sus brazos.
Pero las dudas volvieron a instalarse en mi cabeza... ¿Qué pasará cuando tengamos que regresar a la casa?
¿Por qué no se quedó con Violet?
Ahora Tate está conmigo pero, ¿qué me asegura que se quedará conmigo siempre?
Todas esas dudas revoloteando en mis pensamientos me sofocaron a tal punto que tuve que deshacer el abrazo de Tate. Él me miró extrañado, quería explicarle, pero me sentía demasiado abrumada por la incertidumbre.
-¿Estás bien Alessa? - preguntó frunciendo el ceño algo preocupado.
-Tate... ¿y... y Violet? - dije en un susurro.
-Mira Alessa, te quiero a ti, te necesito a ti. Arreglé las cosas con Violet, pero seremos solo amigos porque te amo a ti.
Sus palabras se llevaron mis dudas y me dejaron sin habla, en especial el hecho de que acababa de decir que me ama...
-Me.. me amas, Tate?
-Con todo mi muerto corazón - dijo esbozando una dulce sonrisa.
Reí.
No podía evitarlo.
Lo amaba.
-Qué haremos hoy? -dije cambiando de tema.
- Lo que tú quieras - respondió calmado.
-Ah, no Tate... yo puedo ir a donde yo quiera todos los días, tú solo puedes salir de la casa una vez al año, así que iremos donde tú quieras.
Se encogió de hombros y siguió caminando. Luego de avanzar unos cuantos metros me impacienté al ver que no se decidía por ningún lugar.
- Y bien? A dónde iremos? - insistí.
-A donde sea, estar afuera de esa casa ya es algo bueno... estar fuera de ella contigo es maravilloso, me da igual donde estemos Alessa...
Sonreí, este chico definitivamente me volverá loca.
Seguimos caminando en línea recta, conversando un poco de todo, aún era muy temprano, y mi estómago empezó a quejarse por la falta de comida.
-Tate, espero que no te moleste esta pregunta pero... los fantasmas... comen?
Tate dejó salir una fuerte carcajada mientras asentía con la cabeza.
-Tienes hambre?- Pregunto sin dejar de reír.
-Mucha...
-Busquemos un lugar para comer algo...
Acabamos en una cafetería cada uno con un sandwich y un café.
Pasamos el desayuno riendo y conversando sobre música. No sabía que le gustaba Nirvana tanto como a mí...
Luego de desayunar paseamos por la ciudad, hasta llegar a un supermercado, entramos y compramos cosas para hacer un picnic en la playa.
Nos quedamos en la playa una buena parte de la tarde compartiendo risas, abrazos y besos.
Finalmente, decidimos regresar a casa debido a que ya estaba oscureciendo y mis padres me matarían si no les daba una buena excusa.
Cuando estabamos regresando recordé un lugar al que me gustaría ir con Tate.
Sin que él lo descubriera nos guié hasta el pequeño parque, algo alejado del centro de la ciudad, oscuro, vacío, tranquilo, privado y, con Tate a mi lado, romántico.
-Me trajiste a este lugar a propósito?- preguntó con una divertida sonrisa en el rostro.
Me limité a sonreír, a pesar de notar que mis mejillas tomaban color... mierda, Alessa Black sonrojándose? Qué me hiciste Tate??
-Te pusiste roja -comenta divertido.
-Cállate - refunfuñé golpeándolo suavemente en el brazo mientras notaba que me ruborizaba aún más.
Tate soltó una suave risa y tiró de mi brazo, adentrándonos juntos al parque.
Entre los árboles y la poca luz parcía que sólo estabamos nosotros en ese lugar.
-No te da miedo? - preguntó Tate calmado.
-No si estás aquí - dije negando con la cabeza. En el rostro de Tate se formó una brillante sonrisa.
-Tus padres se van a molestar si llegas muy tarde... -dijo sin dejar de sonreír.
- No me interesa - dije encogiéndome de hombros.
Se acercó a mí suavemente y me besó.
Era un beso apasionado. En un suave movimiento Tate me alzó y yo enredé mis piernas a su alrededor sin dejar de besarnos.
Empecé a sentir que la ropa sobraba y, Tate, como si leyera la mente me quitó la camiseta.
-Tate... no... no podemos aquí, es un lugar público... - protesté con el poco aire que quedaba en mis pulmones, aunque en realidad, yo no quería parar.
-No hay nadie aquí ni lo habrá en un buen rato Alessa, además esta oscuro y si alguien pasa por aquí no nos vería...
Sonreí, tenía razón, además no me apetecía parar en absoluto así que me volví a hacercar a él y esta vez fui yo la que empezó el beso.
Y en ese momento me di cuenta de que estaba dispuesta a darle a Tate lo que nunca le había dado a nadie.
Y lo hice, ya le había entregado el corazón, le entregaba mi cuerpo y si alguna vez tenía que hacerlo, le entregaría el alma.
Veía como amanecía mientras me ponía mi ropa nuevamente.
Me dolía casi todo el cuerpo, pero estaba feliz.
- Te lastimé demasiado? - preguntó Tate mientras se ponía su polera rayada.
Negué con la cabeza.
-Me hiciste la persona más feliz del mundo - dije sonriendo.
Él se acercó a mí y depositó un suave beso en mi frente.
-Te adoro Alessa...





Feliz san valentín!!! Ya sé.. soy la persona más detestable del planeta por no actualizar seguido. Se había ido la inspiración... y bueno... espero que les gusteeee ♡
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Eternity|| Tate LangdonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora