Capítulo 14

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—Joey —la dulce voz de mi madre retumbó en mis oídos, el espacio de mis sueños se llenó de ese sonido tan delicado.

Diablos, no quiero irme —le susurré a Ben.

—Descuida, nos veremos pronto.

—¡Joe!

Mis ojos se abrieron de par en par y la silueta de mi madre apareció frente a mis ojos. Parpadeé lentamente y me incorporé en la cama mientras no despegaba mi mirada de su rostro.

—¿Q-qué pasó, mamá?

—Levántate, corazón, debes ir a... trabajar —habló con inseguridad mientras me observaba preocupada.

La cara de fastidio que puse fue suficiente para que mi mamá me sorprendiera con las siguientes palabras:

—Cielo, no sé qué tengas, pero claramente no te encuentras bien, ¿quieres que le diga a Mary que te cubra por hoy?

—No. No, mamá. Le puede pasar algo, Mary es pequeña.

—Tranquilo, sabe cuidarse mejor que tú —rio, mas yo la miré serio—. Es broma, descansa, cielito, deja esto en manos de Mary, ¿sí?

Rendido, suspiré mientras asentía con la cabeza.

—Gracias, ma —entonces la abracé con fuerza, sintiendo una ola de cariño enorme con ese gesto de amor, de verdad necesitaba un abrazo, a pesar de que sentía que explotaría en llanto si lo hacía.

Y no me equivoqué, porque una vez que mi madre comenzó a dar caricias en mi espalda, las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos, quise contener los sollozos, pero me fue imposible, así que no aguanté y lloré, me desahogué como nunca y la estreché más contra mi cuerpo para calmarme, mas su gesto de amor solamente me adentraban más en la tristeza y culpa que guardaba mi corazón.

Así continué abrazado a ella durante mucho tiempo, hasta que logré quedarme nuevamente dormido. Esta vez no vi a Ben en mis sueños.

***

Debo decir que el hecho de quedarme en casa al parecer fue la mejor opción, al menos para defender a mi pobre madre de...

—¡VIRGINIA!

Mis ojos se abrieron de golpe y una corriente helada de miedo atravesó mi cuerpo. Esa voz y su tono solo significaban una cosa: mi padre borracho otra vez.

Mi padre, Joseph Mazzello Jr. trabajaba de albañil en una constructora, no ganaba mucho, sin embargo, la mayor parte del tiempo gastaba su sueldo en alcohol, según él lo hacía para olvidarse de todos los males que le ocurrían, uno de ellos éramos nosotros. Bueno, no lo culpo, si bebo de vez en cuando, es por la misma razón, pero eso tampoco significaba que nos insultaría cada que podía.

Rápidamente bajé de mi cama y sin procurar usar mis zapatos, corrí hacia la cocina cuando escuché gritos de mi madre y muchas cosas cayendo y haciéndose añicos en el suelo. Al llegar a la cocina, vi a mamá intentando liberarse de los golpes de mi padre, así que sin dudarlo, tomé una escoba y comencé a atacarlo con ella hasta que la soltara, en el fondo sentía mucho miedo, mi padre era capaz de matarme, ya lo había intentado muchas veces, sin embargo, siempre me había salvado de sus sucias garras y esta no sería la excepción.

Joseph giró y me asesinó con su mirada roja y llena de odio, soltó a mi madre y se me acercó con ese semblante tan intimidante que tiene, mas no me rendiría tan fácil, ya había peleado con él antes, así que debía defenderme nuevamente.

—¿Cómo te atreves?

—Déjala... en paz —maldita sea, mi voz tembló, lo que menos quería era demostrarme débil.

We're millionaires (Hardzzello) / Precuela de Dos Tontos Y Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora