Un tonto.
Eso es lo que fui.
No podía evitar sentirme la persona más estúpida del planeta. Había hecho daño a una persona tan especial como lo es Joe y ahora no podía dejar de odiarme y de echarme la culpa de todo lo que había pasado, si tan solo hubiese dicho sí, nada de esto hubiera pasado, él hubiese pasado la noche conmigo y yo no me sentiría tan solo en este momento.
Pero es que tenía miedo. Miedo de que algún día mis padres llegasen a enterarse de lo nuestro e intenten hacer daño a Joe por más que le tengan cariño, así era mi familia, al tener tanto dinero en su poder, podía acabar con cualquiera que estuviera a su alcance con solo soltar algunos miles de dólares. Eso era el poder de la riqueza y a veces lo odiaba. Mi familia seguía reglas muy estrictas, y una de ellas, la más importante de hecho, era no hacer cosas que hicieran quedar mal el apellido Jones, luego todo Londres hablaría cosas muy malas sobre nosotros; y sabía que si se enteraban que yo tenía algo con Joe, las noticias no tardarían en aparecer y luego mi familia tendría una mala reputación por las críticas. Sin embargo, no me importaba todo lo que dirían de mí o de mi familia, todo eso era basura, quien más me preocupaba era Joe, no quería que nadie le tocara un pelo encima y eso era lo que quería que él lo entendiera. Todo este miedo e inseguridad que sentía se debía a mi necesidad de protegerlo, porque no soportaría verlo sepultado bajo tierra solo porque intentamos tener una relación secreta. Sabía que se enterarían de cualquier manera, por favor, mis guardaespaldas me respiraban el culo, no tenía ni un momento de paz a excepción de cuando iba al baño y al internado, quizás ahí podría ser novio de Joe a escondidas mientras pensaba en cómo arreglármelas para contárselo a mi familia, sin embargo, también corríamos riesgo de ser delatados por mis propios compañeros o por la misma Kat, por favor, Garrett me amenazó con publicar las fotos de la fiesta en Hawái si no hacía todas sus tareas, el desgraciado me tenía tanta envidia que logró salirse con la suya y arruinarme la vida y mi último año de colegio, de hecho, el pensar que tendría que hacer doble tarea este año y encima estudiar para el examen de la universidad, me estresaba demasiado, todo por cuidar mi pellejo de mi familia y sus prejuicios.
No es que no quería estar con Joe, de hecho, moría por hacerlo, porque si cuando éramos amigos y nos tratábamos como pareja todo era color de rosa y lleno de mariposas dentro de mi estómago, no me imaginaba siendo su novio; todos los días me imaginaba una vida a su lado, las risas, las aventuras, los días en los que debíamos apoyarnos el uno al otro, las muestras de cariño y los momentos íntimos. No podía dejar de imaginarnos a ambos en el futuro, adultos y con nuestros títulos, trabajando en nuestros sueños y formando un hogar juntos, adoptar bebés después de comprar una casa muy hermosa para nuestra linda familia.
Pero ahora nada de eso podía ser posible, todo por los prejuicios de mi familia y el qué dirán, detestaba eso, el no ser libre y tener miedo e inseguridad para hacer cualquier cosa sin que llegaran a juzgarme.
No podía dejar de llorar abrazado a mi almohada, llevaba en mi cuarto encerrado desde que Joe se fue y ya había perdido la noción del tiempo. Me sentía vacío, necesitaba algo que me hiciera olvidar lo mal que me estaba sintiendo. Entonces recordé una cosa: Alcohol. Sé que estaba mal desahogar mis penas con esta bebida, pero en serio quería dejar de sentir dolor y culpa por lo menos ahora, y eso era algo que Joe me había enseñado.
Bajé a la cocina y busqué una botella de wisky en el bar. Rápidamente regresé con ella a mi cuarto y puse seguro para que nadie entrara ni me molestara, lo bueno de mi casa era que cuando cerraba la puerta así, nadie me molestaba hasta que yo saliera, lo cual me ponía en ventaja para que mis padres no se den cuenta que esta madrugada me pondría tan borracho que de seguro en unas horas no recordaría mi nombre.
Me senté en el piso y destapé la botella. Sollocé, sintiéndome un completo patético al querer desahogar mis penas en alcohol, sabía perfectamente que esta no era la solución, pero, ¿qué más me quedaba? Sé que luego me arrepentiré, pero, ¿qué más daba? Solo quería perderme por completo por lo menos una noche. Quería olvidar todo.
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We're millionaires (Hardzzello) / Precuela de Dos Tontos Y Un Bebé
FanficEsta es la historia de cómo nuestros padres favoritos se conocieron. Todo lo que pasó antes de que la pequeña Claudia llegara a sus vidas. La vida escolar, la homofobia, el bullying y los problemas sociales son de las varias cosas que tendrán que af...