We're millionaires (Hardzzello) / Precuela de Dos Tontos Y Un Bebé

Capítulo 23

Joe:

No podía dejar de balancear mis pies sobre la silla, y es que me sentía tan nervioso que no lograba controlarme, Benny tenía que darme ligeros golpecitos para que me calmara cada cierto tiempo, sin embargo, no lo conseguía, tenía miedo de no ser aceptado y nuevamente sentir el fracaso. Pero, Ben me dijo que él se encargaría de todo el trámite para lograr convencer a la rectora que me aceptaran, ya que temía que yo dijera alguna estupidez y lo arruinara.

No es cierto, quien temía eso era yo.

Observaba a ambos hablar con tranquilidad, mientras tanto yo no podía dejar de temblar y ponerme nervioso, tenía miedo de que incluso mi propio silencio me hiciera perder mi oportunidad de estar aquí. En cuanto sentí que mi respiración comenzó a agitarse, me preocupé, involuntariamente estaba a punto de sufrir un ataque de pánico en un muy mal momento. Decidí recargarme en el asiento, cruzar mis brazos sobre mi pecho y respirar profundamente sin dejar de mirar a la rectora, deseando con todo mi ser que todo parara de una vez y que pudiésemos irnos tranquilos. No obstante, mi suerte fue nula, ya que aquella conversación jamás se concretaba y yo cada vez me sentía peor. Pero fue entonces cuando Benny colocó su mano sobre mi pierna y la comenzó a acariciar con dulzura para intentar calmarme. Sentí una corriente recorrer mi cuerpo, con su tacto llegué a calmarme un poco, mas todavía tenía un pequeño dejo de miedo en mi interior. Entonces desvío su concentración de la rectora un momento para mirarme y dedicarme una sonrisa tranquila, bastaba con ver sus hermosos ojos para estar bien otra vez.

A partir de ese momento, pude controlarme más de lo que esperaba, ya estaba más tranquilo y me sentía algo aliviado. La mano de Ben aún reposaba sobre mi pierna, así que sin dudarlo la tomé y entrelacé nuestros dedos. Volvió a mirarme contento, sonrió y regresó su mirada a la mayor, luego acarició levemente mi mano con su pulgar, aquel gesto llenó de alegría mi corazón.

—Muy bien —la señora extendió su mano hacia mí—. Joseph Mazzello, eres bienvenido a nuestro prestigioso internado.

Apretamos nuestras manos, ella sonreía, pero yo ni siquiera podía moverme a causa del shock. Ya estaba, estaba adentro y podía estudiar con Benny al fin, un montón de historias se proyectaron en mi cabeza acerca de un enorme y fabuloso futuro que tendría con Ben.

—Mu-muchas gracias —dije nervioso—. En serio, gracias por aceptarme.

—No es nada, Joe, los esperamos.

—En unos días nos mudaremos aquí, muchas gracias —habló Benny mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta—. Hasta luego.

—Adiós, chicos —entonces ambos salimos de la oficina.

Sabía que Ben me había mencionado acerca de cero muestras de amor aquí, pero no pude evitarlo, en cuanto la puerta se cerró, lo abracé con todas mis fuerzas y lo elevé unos cuantos centímetros del suelo, provocando que un pequeño gritito se escapara de su boca.

—¡Joey, no hagas eso! —dijo riendo.

—¡Gracias, gracias, graciaaaas! —ignoré su petición— No sabes cuánto te debo, me haces tan feliz.

—Eso... eso fue muy dulce.

—El dulce eres tú —dije pellizcando sus mejillas y caminando a lo largo del pasillo junto a él—. ¿Me das un tour del lugar?

—Obvio —dijo con una sonrisa—. Bueno... estos son los pasillos.

—Entonces aquí voy a besarte todos los días antes de clase.

—¡Joe! —exclamó pegándome en el pecho, al mirarlo, noté que sus mejillas habían tomado color—. Te dije que aquí no podemos.

—Pero aquí sí —me mordí el labio mientras señalaba el cuarto del conserje.