Q u i n c e

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La mayoría de mis días los pasaba junto a Stefani, ella me hacía sentir especial, desde que comencé a salir con ella no recuerdo haberme vuelto a cortar, todo había cambiado, ella me había cambiado.

El lunes y martes estuvimos juntos en las actividades grupales, el miércoles y jueves fueron días libres así que decidí invitarla a una cita, ella y yo solos.

"¿Estarás libre hoy?" -Yo, 10:00 am.

"Sí ¿por qué?" -Stefani, 10:05 am.

"Te quiero llevar a un lugar" -Yo, 10:07 am.

"¿Dónde?" -Stefani, 10:09 am.

"Es una sorpresa, ¿te parece si nos vemos donde Sofía hoy a las 02:00 pm? -Yo, 10:10 am.

"Está bien, te quiero" -Stefani, 10:12 am.

"Igual señorita, nos vemos allá" -Yo, 10:13 am.

(...)

Me detuve en la mitad del pasto, saque de mi mochila una manta verde, zumo de limón y unas frutas.

¿Y por qué se te ocurrió esto, Charlie? -pregunto Stefani.

Pues quería pasar una tarde solo contigo, para demostrarte cuanto te quiero -dije poniendo un delicado beso en sus labios.

No tienes que hacer esto para demostrármelo, se cuánto me quieres y tú sabes cuánto te quiero -respondió.

¿Comemos? -dije señalando las frutas.

Está bien -respondió llevándose una manzana verde a su boca.

Una vez terminada todas las frutas y el zumo de limón, nos quedamos sentados hablando de unos cuantas cosas y al final guarde la manta verde nuevamente en mi mochila.

Ven -dije.

¿Hacia dónde vamos? -pregunto.

¿Te da miedo la altura? -pregunte.

Algo así ¿por qué? -respondió.

Vamos a montar a unos teleféricos -respondí.

¿Qué, hablas enserio? Le tengo miedo a la altura pero siempre he querido montar en eso -respondió.

Pues que honor que sea su primera vez conmigo, ven -respondí agarrándole la mano.

(...)

Desde allí arriba, Portland se veía hermosísimo. Todas las casas y edificios eran una miniatura todo era fantástico.

¿Qué tal? -pregunte a Stefani mientras observaba hacia abajo.

Esto es fantástico, mi fobia por las alturas ha desaparecido -responde entusiasmada.

Me encantas -dije.

Eso salió de la nada -respondió.

Podría decirse -respondí.

Pero, tú me encantas más -dijo juntando sus labios con los míos.

Eso sí salió de la nada -respondí con gracia.

El tiempo restante estuvimos concentrados mirando la maravilla de Portland por nuestras ventanillas. Cuando termino el recorrido, baje de mi lugar y agarre de la mano a Stefani para ayudarle a bajar.

Gracias -respondió amablemente.

¿Y, que tal te pareció? -pregunte.

Demasiado irreal, parecía de otro mundo -respondió.

Esto y muchas cosas más vamos a experimentar juntos -respondí.

Eres fantástico Charlie ¿no te das cuenta de eso? -pregunto.

Intento serlo para ti -respondí.

-Te quiero muchísimo Charlie.

-Yo más, eres tú la fantástica aquí.

Claro que no ¿Qué hora es? -pregunto.

Son las 06:00 pm -dije mientras miraba mi reloj de mano- ¿a qué hora debes estar en tu casa? -pregunte.

Tengo permiso hasta las 08:00 pm -respondió.

Hmm, genial ¿te parece si comemos algo antes de llevarte a casa de Sofía? -añadí.

No tengo hambre, las frutas estuvieron exquisitas -respondió.

¿Y qué tal, un helado? -pregunté.

No suena tan mal -respondió con gracia.

(...)

Gracias por este día -dijo Stefani cuando nos detuvimos en casa de Sofía.

Siempre es fantástico salir con usted -respondí- gracias por aceptar salir conmigo -añadí.

Llegaron los enamorados -grito Sofía por la ventana de su habitación.

Calla Sofía -respondió Stefani sonrojada.

Bueno, me voy para que entres -respondí- ¿hasta mañana? -añadí.

Hasta mañana, te amo -respondió dándome uno de esos besos que enamoran aún mas de ella.

Te amo más ¿te parece si mañana salimos a ver una película? -pregunte antes de irme.

No suena tan mal, siempre es un gusto salir contigo -respondió.

Que halago, coméntale a Sofía y me escribes -respondí.

Está bien, adiós -dijo mientras entraba a casa de Sofía.

Diario de un Belieber BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora