Cuando llegué, me senté al fondo de la sala junto a Sofía. La sala estaba llena de gente que no conocía, quizás amigos de su infancia o familiares. Me dedique a observar a la gente que se acerba al ataúd que estaba en la mitad de la sala. Todas aquellas personas que no había visto antes se inclinaban junto a ella y rompían en su llanto mientras saludaban a los padres de Stefani que estaba de pie al lado del ataúd.
¿Cómo te sientes? —pregunto Sofía.
¿Cómo crees? Era la única persona que realmente me importaba —respondí en voz baja.
Te entiendo, fuimos amigas desde que tengo memoria —respondió mientras sonaba su nariz con un pañuelo— ¿Vamos? —añadió, señalando el ataúd.
El camino se me hizo largo, al acercarme la vi. Aún muerta estaba preciosa, tenía su cabello rubio quebradizo y un vestido blanco de encaje corto. Mientras me arrodillaba junto a ella, fue imposible contenerme las ganas de llorar.
Te amo —susurré, poniendo las manos encima del vidrio que nos separaba.
Todo estará bien —me repetí varias veces mientras me daba cuenta de la realidad.
Mientras le hablaba a ella, Sofía se desplazó hacia mí, me pasó un pañuelo y me soné.
Siempre fue una guerrera —dijo en voz baja.
Lo sé —respondí, no sabía que decir, el dolor aún estaba ahí conmigo.
Antes de sentarme, me dirigí a saludar a sus padres, le di un fuerte abrazo y Sofía hizo lo mismo.
Ella te quería —dijo la madre de Stefani a Sofía.
Yo igual la quería —respondió, tapándose la cara con su pañuelo.
Nos sentamos. Un pastor llego y se situó justamente detrás del ataúd, y empezó a hablar sobre las virtudes de Stefani. Que había sido una mujer luchadora, amorosa, inteligente y otras cosas más.
En cuanto dio la orden de rezar. Incliné la cabeza e intente olvidarme de todo y rezar por ella. El pastor pasó al frente a amigos de Stefani, entre esas estaba Sofía y por último me llamo a mí, inesperado.
Stefani, siempre demostró ser una chica con muchas virtudes entre ellas resaltaba su fidelidad y cariño. Desde que la conocí mi vida empezó a cambiar en todos los aspectos, todo era muy distinto —respiré hondo— Ella se destacó por ser diferente a todas, siempre contagiando su felicidad. Yo con ella, tuve una pequeña y hermosa relación, pero no de amigos, si no de pareja. Sus padres nunca supieron de esto, porque ambos teníamos miedo de que nos separaran, aunque no sé porque el miedo, porqué sé que a pesar de todo, jamás nos habrían podido separar. ¿Qué más podría decir de ella? Era preciosa, inteligente, decidida, ella era magnifica. Y realmente le agradezco por haberme enseñado tantas cosas y principalmente por haberme enseñado a amar, porqué, sí, estoy enamorado de ti, Stefani —dije terminando el "discurso" con lágrimas ya en los ojos.
En cuanto terminé me dirigí a mi puesto, mientras empezaba a sonar una canción, una triste balada, me quede allí sentado sin decir ninguna palabra, lo único que quería era que todo esto fuera una pesadilla de mal gusto.
Sus tíos y primos llevaran el ataúd —dijo Sofía rompiendo el silencio.
No quiero ir —dije.
¿Por qué? —preguntó Sofía.
No quiero ver como la meten bajo tierra —respondí.
Charlie, debes ser fuerte, vamos —dijo levantándome de la silla, para dirigirnos hacia afuera.
Al final de todo, terminé yendo, terminé viendo como la sepultaban bajo tierra, viendo como sus padres caían de rodillas en la hierba húmeda, como todos los reunidos rompían el llanto. Todo eso me afectaba demasiado.
Vámonos ya, por favor —susurré a Sofía.
Está bien ¿irás a tu casa? —pregunto ella.
Donde sea, quiero irme de aquí —respondí.
Vamos a mi casa, necesito decirte algo —dijo en voz baja.
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Diario de un Belieber Boy
RomantizmQuizás no sepas que se siente ser humillado por todo el mundo simplemente por apoyar un gusto musical diferente al de todos. Esta es la historia de Charlie, un chico normal y corriente que su único defecto es apoyar un tipo de música diferente al de...