S e i s

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Al día siguiente, el despertador sonó a las 5:30, tenía 45 minutos para alistarme, y así fue, a las 6:05 ya estaba completamente listo, ya había desayunado, cepillado, etc. Mis padres me dieron dinero para que me fuera y me viniera en la buseta que siempre pasaba a las 6:15 en la esquina de mi casa, me dieron dinero para comprar algo de comer en el colegio, me despedí y me fui a la esquina a esperar la buseta a las 6:13, y para una gran sorpresa, allí estaba Sofía, sentada en un banco, con el uniforme del colegio.

¿Sofía, hola, que haces aquí? —pregunté.

— Hola Charlie, supongo que lo mismo que tú.

— Espera, espera, ¿tú vives por aquí?

— Sí, a la vuelta ¿y tú?

— En la casa blanca de allá —respondí señalándola.

— Ah genial, somos vecinos —dijo riendo, mientras llegaba la buseta en frente de nosotros.

Nos subimos, nos sentamos en la fila derecha, yo me senté en el lado de la ventaja y Sofía en la del pasillo. Llegamos rápido al colegio, entramos juntos a clases, y allí estaba Stefani sentada sola en su puesto, apenas vio llegar a Sofía se levantó y nos saludó.

Sofi —dijo abrazándola.

Hola Charlie —me saludo con un beso en el cachete.

Oh por Dios, sus cachetes estaban fríos, su aliento era frió, con un sabor fresco, podría decir que había estado masticando chicles antes de que llegáramos.

Hola, ¿cómo estás? —respondí.

Bien, dame un momento. Ven Sofía, debo contarte algo —respondió tomando de la mano a Sofia, y dirigiéndose a su puesto.

¡LLEGO EL GAYLIEBER! —gritó alguien en la esquina, volteé a mirarlo y allí estaba el, Gabriel, si el, el que me había mandado la solicitud y el mensaje el día de ayer. Apenas dijo eso, todos soltaron la risa, menos Stefani y Sofía, ya que ellas estaban entretenidas en el celular, no sé qué le contaba Stefani. Los ignore y me senté en mi puesto.

Luego poco a poco fueron llegando todos los alumnos y llego la profesora Gisella, nos colocó una actividad, fui el tercero en desarrollarla, me levante a mostrarle mi libreta para que me pusiera la nota y allí mismo se levantó uno de los del grupo de la esquina, los mismos que se habían burlado cuando dije que era Belieber, se levantó y paso por al frente mío y susurro ''Gaylieber'', yo no era problemático pero en ese momento cogí algo de rabia y lo empuje hasta que llego al suelo del salón y todos soltaron la risa, menos sus amigos los del grupo, que se levantaron del puesto sorprendidos y llegaron a ayudarle a levantar.

¡CHARLIE! —gritó la profesora,  muy enojada.

¡DEJEN  LA RISA! —volvió a gritar refiriéndose a todo el salón que de inmediato se pusieron serios y siguieron con su actividad mientras que Gabriel y sus amigos ayudaban a levantar al que por ahora no sabía su nombre.

¡Charlie y Josh acompáñenme a coordinación! —dijo la profesora.

Fuimos a coordinación, explique al director lo que había ocurrido, aunque Josh lo negó, al final el director termino haciéndonos un llamado de atención, que debíamos entregarle a nuestros padres y traer firmado por ellos para saber que lo leyeron. Volvimos a los salones, cuando entre me senté en mi puesto, Josh en el suyo y junto a sus amigos me echaron una mirada realmente no agradable, tanto que podría llamarla ''la mirada de la maldición''.


Diario de un Belieber BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora